Amiga mía, me duele en el alma ver como los demás te tratan, como se aprovechan de la hermosa persona que eres, y como tú no haces nada cuando te ofenden, cuando se ríen de ti, cuando te humillan, me lastima ver como siempre pruebas el polvo de los zapatos de todos, y como le han daño a una persona tan buena como eres tú.
Sé que no me has pedido consejo, sé que así eres, que tienes un alma noble, y que no te importa todo lo que se dice de ti, pero creo que el exponerte a tantos maltratos psicológicos puede terminar dañando tu auto estima y que en algún momento comiences a creer que eres aquello que los demás te dicen, algunas veces me he metido a defenderte y he notado que a pesar de tu agradecimiento te molesta, no quieres que tome parte de esos asuntos tuyos y me termino convirtiendo en una espectadora más de aquellos maltratos que te hacen.
Entiendo que el destino se encargara de ajustar las cuentas, sé que tu no quieres pelear con nadie y que tampoco te hace falta el amor o la aprobación de aquellos que se encajan y se aferran a dañarte con sus actos y palabras, sé que tú tienes una comprensión más fuerte que la mia sobre lo que realmente es importante y lo que no, sé que eres más fuerte que cualquiera, porque de haber estado en tu lugar yo me hubiera partido en el llanto quizás a la primera.
Pero quiero decirte que lo que haces también está mal de algún modo, porque si permites que esas personas te sigan acosando de esa manera, estás diciendo que tu vales mucho menos que cualquiera de ellos, si bien no quieres pretender ser mejor que nadie, entonces tampoco permitas que te traten como si fueras inferior, la misma falta cometes al hacerles daño que al permitir que te lo hagan, así que si vas a impedirme que me meta a ayudarte, al menos defiéndete tú misma, porque si ellos te lastiman, también lo hacen a las personas que te queremos, si no quieres pelear o discutir con ellos porque no quieres hacer daño, al negarte a defenderte también hieres a los que te amamos, porque no te queremos ver así.
La humildad no se trata de estar en el piso para que los demás te ensucien con sus zapatos, la verdadera humildad es reconocer lo buenos que somos, nuestras virtudes y a pesar de sabernos mejores que algunos en ciertas áreas no sentirnos mejores que nadie, pero si careces de orgullo eso no es ser humilde, es ser un desdichado, y sobre todo un ignorante.
Autor: Sunky