Hoy no vengo a ti para intentar solucionar las cosas, como siempre. Vengo para decir adiós, para poner en tu mejilla un último beso e irme con el viento, con miedo, pero entusiasmada.
No me mires así, no pidas perdón. Esta vez no habrá nada que me haga volver. He sacrificado demasiados sueños persiguiendo esperanzas vanas, me he traicionado bastante con una falsa ilusión. Te has transformado en todo aquello que no merezco, y es por eso que hoy me voy
¿Recuerdas cuántas veces te miré con lágrimas en los ojos, en busca de una explicación? explicación a tus arranques de enojo, a tus palabras cortantes, a tu poca paciencia y escasas muestras de afecto. Me cansé de esperar una llamada, un mensaje, una señal de que esto aún te importaba.
Y entonces lo decidí. Decidí no soportar más esta situación. Decidí abrir los ojos y hacerme entender que no habrá nada que te haga cambiar. Ni siquiera yo. Decidí ver que es momento de perseguir mis propios sueños y darme una oportunidad.
Ya no me verás llorar. Ha sido tanto llanto por ti que hasta pena me da. Me avergüenza haber sido tan débil y con poco carácter, porque esa no soy yo. Me avergüenza no haberme ido cuando debía, por creer que de eso trataba el amor.
Y no quiero decir que nada ha valido la pena, me quedo con cada lección importante, con cada sonrisa que provocaste y con cada suspiro que te dediqué. Me quedo con los bonitos recuerdos y con las señales de alerta antes de que todo se transforme en caos. Me quedo con este cariño guardado en una cajita para que no vuelva a salir jamás.
Espero de corazón que vaya bien, que logres encontrar a quien te haga sentir como lo hice yo en un principio. Espero que no te gane la monotonía y sepas hacerla feliz cada día. Yo también lo haré, y cuando encuentre a esa persona, espero no tener que despedirme nunca más.
No me voy porque simplemente así lo quiero, recuérdalo, fuiste tú quien me alejó.
Escrito por: Mayeli Tellez