Nos están matando porque nos creen vulnerables, como pasa con niños, con personas mayores y con hombres y mujeres en distintas situaciones económicas, sociales y de salud. Nos están matando por falta de valores, por falta de respeto a la vida ajena y por una mala educación llena de tabúes sexuales y moralistas.
Es cierto, somos más propensas al acoso y a ataques sexuales, pero no “por el simple hecho de ser mujeres”, ya que existe también una gran cantidad de casos de acoso a niños de sexo masculino y a algunos hombres; pero esto, es porque existe gente con malicia, con frustraciones y con muy poco miedo a lo que pueda ocurrir después. Porque no hay castigos severos, porque nos hemos sembrado miedo al “qué dirán”, por la impunidad, y porque siempre ha sido más fácil señalar a la víctima que castigar al delincuente.
¿Por qué en lugar de defender la vida, defendemos a un género? ¿Por qué en lugar de buscar igualdad, buscamos ventaja? No se trata de quién posee o no ciertas características físicas, sino de quién posee inteligencia y respeto. No se trata de si la víctima es mujer u hombre, se trata de hacer justicia por un ser humano. Porque tanto puede ser tu hermana, tu madre o tu novia, como también puede ser tu primo, tu abuelo, tu amigo.

Y no, no me mal entiendan, no trato de sobajar la pérdida de nadie; intento decir que cada vida perdida por razones de discriminación y violencia, representa lo poco que hemos avanzado socialmente; y es tan lamentable que en lugar de luchar juntos, tanto hombres como mujeres, por un país justo y seguro, hagamos recaer el peso y culpa a un sólo género.
Siempre habrá hombres y mujeres que fomenten el odio, que mantengan sus mentes cerradas al alegar que la culpa es de la victima, que la juzguen, que justifiquen su muerte y hasta se burlen de ella. Pero ¿saben? sigo teniendo fe en que seremos más los que defenderemos el hecho de vivir y dejar vivir. Porque para eso estamos aquí, para aprender y equivocarnos, para experimentar… no para que nos quiten la vida a la primera excusa y a la primera oportunidad.
Dejemos de señalar a quienes creemos culpables y comencemos a actuar de verdad, a inculcar valores y liberarnos de tabúes y leyes morales que no benefician a nadie. Quizá el cambio se vaya dando lentamente, pero dar un pequeño paso siempre será mejor que permanecer estancado. No nos permitamos abrir los ojos hasta que nos pase a nosotros.
Ni una menos, Ni uno más. Todos tenemos derecho a vivir.
Escrito por: Mayeli Tellez