Cuánto tiempo ¿no?
Haber tenido el coraje para hablarte nuevamente me sorprende tanto como a ti, podríamos decir que no soy tan orgullosa, pero prefiero resaltar cuánto anhelo mi paz mental y para ser sincera hace tiempo que a causa de tu traición no he podido sentirla más.
¿Por qué soy yo la que continúa con este remolino de emociones en el interior cuando fuiste tú quién faltó a mi confianza, cariño y lealtad?

¿Cómo te fue tan fácil acabar con lo que construimos día a día?, porque sabes, por mucho tiempo pensé que teníamos una amistad única en muchos sentidos y también desee que esta jamás tuviera un final, pero nada es eterno, dicen por ahí, ahora lo he podido comprobar.
Nunca comprendí porque no te era suficiente ser tú y te empeñaste en ser yo. Tenías muchas virtudes, algunas realmente grandiosas, sin embargo, tu mayor defecto, ese de querer ser y tener todo lo que era y tenía alguien más, acabó con lo bueno que había en ti.
Me sigo preguntando porque todo lo que obtenía o ganaba con todo esfuerzo representaba para ti frustración.
Quisiera ponerme en tus zapatos, juro que todos estos años traté de hacerlo pero no puedo imaginarme no celebrando y aplaudiendo los triunfos de mis amigos, especialmente si son los mejores.
Y tú lo eras, sabes, eras mi mejor amiga, mi cómplice, mi pañuelo de lágrimas, mi apoyo… eras mi hermana.

¿Qué pasó?, pero quisiera saber cuál es realmente la verdad y no solo escuchar que todo se debió a un malentendido, es muy fácil echar culpas a terceros que no están presentes para defenderse.
También quisiera saber cuándo o qué te hizo tomar la decisión de ir por ahí divulgando mis secretos, mis miedos, mis cicatrices y sentimientos, ¿cuándo decidiste que mi vida debía ser del interés público y cómo pudiste pensar que cada golpe que me darías no acabarían con lo que teníamos?
¨Te distanciaste¨, me escribiste, y sí, lo hice. Me alejé del feo ser humano que demostraste ser porque eras tú o yo y ya me habías herido bastante y aunque no lo creas aún con todo lo ocurrido te guardé, guardé todos los momentos que vivimos juntas, las lágrimas, las risas, las interminables charlas.
Me doliste tanto que una parte de mí te llegó a odiar pero ¿a quién afectaba ese odio?, claro que a mí y entonces con el tiempo, con los años, lo solté. Sólo en mi interior permanecían las dudas e inquietudes de lo ocurrido y aunque te juro que deseaba creer en tus argumentos, no lo pude hacer del todo pero finalmente me siento en paz.

Y por más increíble que parezca todo este tiempo te eché de menos, quizás después de este cierre lo siga haciendo, no lo sé, no en vano fuiste mi mejor amiga, mejor dicho, mi querida enemiga.
Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.