Acabar con nuestra historia, borrar los momentos y pasar la página con facilidad como si jamás te hubiésemos importado.
No permitiste el diálogo, no sugeriste ningún intento, decidiste que ya no más y mi sentir o lo que yo quisiera en ese momento, no te importó.
Permitiste que tu silencio hiciera que mi mente divagara lejos, que me preguntara una y otra vez qué era lo que pasaba, por qué habíamos llegado a ese momento y por qué no teníamos solución.
Dijiste ¨es lo mejor¨ y lo primero que pensé fue: ¿lo mejor para mí?, vaya, no sabía que tenías el poder de saber lo que de verdad me hace bien, especialmente porque con tu decisión me estabas destrozando, es claro que jamás te pusiste a pensar que tu decisión me partiría en mil pedazos el corazón.

Fuiste egoísta porque la relación era de dos y jamás me preguntaste qué pensaba, que sentía o que quería yo, era claro que lo que tu querías no era lo mismo que yo y por eso preferiste ahorrarte los cuestionamientos y también el drama.
Agachado fuiste recogiendo todo lo que te pertenecía, no dejaste ni el mínimo rastro de que estuviste ahí. ¿Tan mal fue nuestra historia?, ¿tan infeliz eras conmigo? O es que acaso todo este tiempo fuimos partícipes de un estúpido juego en el que anticipadamente sabías serías el ganador, ¡dímelo, por favor!
Necesito saberlo porque no tienes idea de cuántos pensamientos han rondado por mi cabeza, muchos más cuando estabas a punto de marcharte, sin embargo, ni uno solo pude pronunciar con mis labios.

Para ser aún más franca no tenía ganas siquiera de verte porque una parte de mí me decía que tu mirada me desarmaría y no quería que te dieras cuenta cuán afectada me dejaría tu decisión, llámalo soberbia, más pienso que quise proteger mi dignidad, era lo único que saldría ileso sí o sí.
Te dabas prisa como si el marcharte más rápido borrara todo lo vivido mientras yo rezaba por dentro para no doblegarme justo en el instante en que cruzaras la puerta, sabía que dentro de los próximos minutos ya nada volvería a ser lo mismo pero trataba de mantenerme fuerte, de contener mis pensamientos para que el mundo de palabras que tenía atoradas en mi garganta no salieran disparadas.
Mientras empacabas la última maleta me puse a recordar el día en que te conocí, desconocía todo lo que nos esperaba, todo lo que viviríamos y enfrentaríamos juntos. Recordé el primer beso, el primer abrazo, la primera noche juntos. Las promesas que nos hicimos y cuánto soñábamos con un futuro juntos, un futuro al que le pondrías fin de la noche a la mañana y con una explicación vaga que ni siquiera a ti te convenció.
Elegiste marcharte y mientras lo hacías no te importó dejar atrás a un corazón que latía por ti… sangrando.
Por mi cabeza pasó la loca idea de correr tras de ti y pedirte que te quedaras, que lo intentáramos, lo cierto es que, tu cuerpo se marchaba ese día, pero tu mente y tu corazón hace rato que se habían abandonado.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.