Romperme el corazón te salió bien, olvidarte me saldrá mejor

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No sé qué me hace más ruido, si el hecho de que hayas regresado o el hecho de que pretendas volver a lo que tuvimos ayer, como si jamás me hubieses roto en mil pedazos. ¿Por qué piensas que te sigo extrañando?
Recordarte no es igual a haberte perdonado, si te recuerdo es precisamente por todas las veces que me fallaste y continuaste actuando como si nunca me hubieses herido y mentido, como si jamás me hubieras roto el corazón.
Es desvergonzado pretender que olvide el ayer y te vuelva a hacer parte de mi vida, que vuelva a dejarte entrar en mi corazón y pierda por ti una vez más la razón.


Aun no entiendo como tienes la desfachatez de pararte frente a mí, mirarme a los ojos y decir, que ya no podías seguir sin mí. Si te soy sincera puede que me inquietes un poco, pero ya no tienes ese poder de desarmarme, de provocarme, de descontrolarme.
Me parece absurdo que vuelvas preguntando ¿me recuerdas?, sí olvidar fuese tan fácil, créeme, lo habría hecho desde el primer segundo, pero las heridas requieren de tiempo y para superar, hay que recordar una y otra vez cada una de las veces que me fallaste.
Si, te recuerdo, ¿cómo podría a olvidar a quien sin compasión me rompió en mil pedazos el corazón a pesar de decir tantas veces ´te amo´?
Te recuerdo como la persona que tomó todos mis sueños y uno a uno los fue destruyendo. Como la persona que a pesar del amor que me juraba huyó y me dejó preguntándome una y otra vez qué es lo que estaba mal en mí cuando lo cierto es que tú no merecías a alguien como yo, porque si algo me dediqué a hacer el tiempo que estuviste a mi lado fue a amarte, respetarte y valorarte, pero tú merecías a alguien que te diera lo mismo que tú dabas… nada, absolutamente nada.
No tienes idea de todas las noches que lloré y los días tan amargos que pasé echándote de menos, debo aceptar que incluso te llegué a esperar, pero luego los días comenzaron a hacerse cada vez más largos y más fríos. Escuché una y otra vez nuestra canción y me desmoroné en cada ocasión que alguien te nombró, luego escuché por ahí decir que te habían visto ´muy feliz´ mientras yo me seguía ahogando en mi llanto.


Nadie tiene idea de cuánto me costó juntar cada pedazo de mi corazón y armarlo de nuevo, mucho menos tú, el rey del egoísmo y la vanidad, quien siempre pensaba única y exclusivamente en sí mismo, quien a pesar de tenerlo todo siempre quería más sin importarle que a mí me dejara sin nada.
Hoy es que puedo ver cuán tonta fui al no saberme valorar, hoy puedo darme cuenta que en realidad no me hacías ningún bien.
Pero sabes, no te odio y tampoco te deseo ningún mal, al final lo que pasó me ayudó a madurar y aunque tus acciones no fueron las más correctas, debo reconocer que tampoco las mías. Por tu parte me enseñaste que para amar a alguien primero debo amarme a mí misma, segura estoy que yo te enseñé lo importarte que es valorar a una mujer a tiempo, especialmente cuando esa mujer te quiere con todo su ser.
Y si lo que buscas es mi perdón, te perdono de corazón, ya la vida misma te dará lo que has de merecer y te aseguro que eso, no es mi corazón, jamás volverás a estar en él.
Y si, romperme el corazón te salió bien, pero olvidarte me saldrá mejor.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.