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Me lastimaste como nunca nadie lo hizo 

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¿Qué haces aquí? ¿qué es lo que pretendes al volver? No quiero que vuelvas, no quiero que te acerques a mí, porque sabes que ya no lo soporto; ya no soporto verte, estar cerca y sentirte. Ya no me importas y lo mejor que puedes hacer es irte, esconderte, desaparecer para siempre para no volver a darme cuenta de ti, no volver a saber de qué es lo que haces, qué es lo que quieres o con quien estás. El dolor se fue, se convirtió en una pesadilla, en orgullo de poder decirte adiós para siempre intentando alejarme de ti para nunca más verte, para nunca más toparme con esa persona que me lastimo tanto, qué me hizo tanto daño sin importarle.

¿Para que vuelves? ¿por qué mientes diciendo que todo ha cambiado? Tienes que entender que no volveré a caer en tus juegos, en tus enredos de arrepentido porque no es así, porque sé que tu corazón sigue igual, que las cosas no han cambiado, qué disfrutas lastimarme, ver como alguien que te ama se humilla intentando seguir a tu lado. Hace poco me di cuenta de que disfrutas de el amor que te he entregado, de todas esas cosas que he hecho por ti intentando arreglar la situación, intentando darte un amor que no te mereciste y no te mereces.

Nunca pensé que llegaría el día en el que no quisiera que estuvieras a mi lado de nuevo; qué llegará el día en el que te despreciará, en el que pensará que pasar tiempo contigo es como tirarlo a la basura. Pero las cosas son así, las cosas son pasajeras y no eres el único ser humano en la tierra. Ahora sé de todo lo que me perdí cuando estuve a tu lado esperando a que me respetarás, a que me valoraras y entendieras que yo estaba para ti, que no podrías jugar conmigo porque tendría un valor significativo para ti el que yo estuviera a tu lado. Pero ese día nunca llegó y ahora sé que no llegará. Lo mejor que puedo hacer ya lo hice, ahora solo queda reconstruir todo lo que derribaste con tus desprecios, con tus mentiras. Nunca pensé que un día abriría mis ojos y me daría cuenta de la clase de persona que eres, que me daría cuenta de que esa persona de la cual me enamoré ya no existe, se convirtió en un ser despreciable y sin sentimientos.

No sigo que debiste amarme, que debiste entregarte a pesar de que no sentías amor por mí. Lo que quiero es que te des cuenta de todo el daño que me hiciste y de como lo disfrutabas sabiendo que me lastimabas y que me hacías perder mi tiempo a mi lado. ¿Cuántas veces me dijiste que me amas? Y… ¿cuántas de ellas eran verdad? Me lastimaste con cada una de las ilusiones y promesas que me hiciste, pero que jamás fuiste capaz de cumplir. Me duele y lo mejor que puedo hacer es decirte adiós intentando sanar todas las heridas que abriste y que sé, que en algún momento la vida te las abrirá a ti.

El único amor imposible que existe es aquél que te ha dejado claro que NO TE AMA.

No hay amores imposibles, es simplemente que tus ojos no vieron al indicado.

 

¿Quién no ha tenido un amor imposible? Yo creo que todos alguna vez nos hemos enamorado de alguien “inalcanzable” o que al menos así lo hemos sentido. 

Pero bueno, empecemos por tratar de entender a que le llamamos “amores imposibles”, porque si lo vemos desde varios puntos de vista, podría ser la típica historia de amor entre ricos y pobres, o quizá aquél en que la apariencia física entre uno y otro es muy notable, o qué tal cuando te enamoras de alguien que vive al otro lado del charco, o peor aun, cuando te enamoras de alguien que ya esta comprometido o en una relación seria. Lo cual en cualquiera de estos casos se tiene la posibilidad de luchar por estar juntos (eso sí, con todas las consecuencias que esto conlleva). Por lo cual llego a una sola conclusión, el único amor imposible que existe es aquél que te ha dejado claro que NO TE AMA.

Es aquí donde hago referencia a la frase de Paulo Coelho que dice: “No existen amores imposibles, sino personas incapaces de luchar por él”, y me gustaría decirles que es verdad, que no existen, que sólo existen amores muy difíciles de llevar adelante o de alcanzar. Que lo imposible sólo es patrimonio de los que están cansados de intentar. Pero, es un poco insensato decir eso, al menos así lo creo. Porque por supuesto que hay amores imposibles, y lo que es peor, inadecuados.

Te pondré un ejemplo, imagina que eres amante de los animales y por “casualidades” de la vida, conoces a alguien sorprendente, de gran belleza, muy inteligente y, digamos que hasta cierto punto, de buenos sentimientos, te enamora y tú realmente anhelas amarle… Pero, ¡ups! resulta que le gusta patear perros y pisotear gatos. ¿Basta tu sentimiento para estar con esa persona?, ¿vale la pena ir en contra de lo que crees, de tus propios valores? Eso es un verdadero amor imposible, porque tendrías que pisotear tu amor propio para lograrlo. Tendrías que reventarte a ti mismo. ¿Cómo quieres amar si no te amas, si simplemente vas contra ti y cometes actos contra ti mismo?

Visto así, puede resultar un poco cruel, pero a veces es necesario que no suceda porque lo que verdaderamente te mereces no es eso, es algo mejor. Tal vez me he puesto un poco mística, pero tengo muchísimo respeto a mi destino y creo que todo pasa por alguna razón, lo que no… también; y la experiencia siempre me dice que al final es por un bien mejor.

La sociedad desde que somos muy pequeños nos ha enseñado en las películas, series, caricaturas, o por enseñanza de familiares y amigos que en cuestiones de efecto, nada es imposible, que quien se esfuerza consigue lo que sea por lo que luche y anhele de corazón. Llega esa edad, ese momento en que ¡uf!, el impulso del amor es inevitable. Tanta energía en nuestra alma anhelando dar amor nos hace, en muchos casos, fijarnos en gente que simple y sinceramente no nos puede amar, no son indicados para nosotros.

Y como consecuencia de eso, caemos en una inagotable y cansada lucha por obtener el amor de esa persona, nos obsesionamos, nos cegamos y no miramos mas allá de nuestros ojos. Creemos que algún día lo conseguiremos, que tanto esfuerzo tiene que tener recompensa. Sin embargo esa lucha sólo nos trae lagrimas, desilusión y, sobre todo, mucho dolor. Y seamos sinceros, ni todo eso logrará que esa persona te ame.

Todos sabemos que el verdadero amor, es aquél que te llena de plenitud, no te diré que no causa dolor ni sufrimiento, puede ser que sí, pero no porque la persona no te ame, simplemente porque en algún momento habrá circunstancias difíciles que enfrentar.

¿Será más bien que nos aferramos a esos amores imposibles por un orgullo insano y un ego lastimado? Podría ser, existen personas que no saben y no les gusta perder, no quieren renunciar a lo que quieren, aun a costa de ser dañados.

 

 

Nos estancamos en un lugar sin sentido, sin darnos cuenta que la vida esta hecha para disfrutarla, para vivirla, para reír, para ser feliz. Nos olvidamos de diferenciar lo que queremos de lo que en verdad necesitamos. Algunos más creen que estos amores son más sinceros, porque no esperan nada a cambio. Sólo aman y ya, son felices amando sin recibir nada, en ese anhelo imposible. Pero yo creo realmente que nadie hace nada sin esperar algo a cambio, hasta una madre espera que sus hijos sean felices. Es lógico que si das fidelidad, esperas fidelidad. Si das confianza, esperas confianza. Si das amor, esperas amor.

Ahora, si eres feliz dando amor a manos llenas cuando lo único que recibes son rechazos, “yo no te amo”, cuando lo que recibes es indiferencia y aun así continuas, y eres feliz, pues hazlo… Pero no sé qué diablos estás haciendo, eso es una gran automutilación: “Ámate primero, antes de amar”…

¿De verdad vale la pena un amor así, sólo por demostrarte a ti mismo que puedes luchar por el amor de alguien porque crees que ese alguien es el amor de tu vida? Recuerda que a veces, aunque el zapato esté bonito, muchas veces no es de tu talla. Esa actitud es poco saludable, además de resultar una perdida de tiempo, porque… ¿quién dice que no hay por ahí un amor posible? Uno en donde el sentimiento sea recíproco.

Ahora, es diferente cuando ambas personas se aman, pero hay circunstancias difíciles que les impiden estar juntos plenamente, aquí sí es sensato luchar y esforzarse, porque sientes y tienes la absoluta certeza de ese amor. La cosa es absurda cuando te dejan claro que no te aman e insistes que así sea.

Si el amor que sientes no es correspondido, transforma ese sano sentimiento en gratitud, deséale siempre lo mejor por despertar en ti dicha emoción y retírate dignamente. Respeta su decisión porque por más doloroso que sea, es imposible que todas las personas nos quieran y nos acepten.

 

 

Lo único que queda es analizar qué tipo de “amor imposible” estas viviendo, si vale la pena realmente o no luchar por hacerlo realidad, existen miles de casos que se transformaron de amores imposibles a amores posibles. Si esa persona bien lo vale, no la dejes en el aire, todavía no es imposible, sigues en la carrera, atrévete a dar un paso hacia delante, el pesimismo y la falta de valor no te llevarán a ninguna parte. Así que nada está perdido.

Si no te aman, no ruegues ni te arrodilles. El amor no se suplica ni se exige, solo acontece. Y si no ocurre, te retiras dignamente, y a otra cosa. -Walter Riso.

Autor: Karla Galleta

Enamórate de una loca

Enamórate de una loca, una en la que no haya una pizca de cordura, una de verdad, de las que una vez que te atrapan es imposible poderte alejar.

 

 

Una loca de remate…

De esas que hacen todo hasta lo más bobo por conquistarte.

De las que nunca dejan de sorprenderte. Que cuando creas que ha hecho lo peor, en realidad lo peor está por venir más adelante.

Una loca de las que ríen y su risa se escucha a tres cuadras. De las que lloran con una película romántica. Esas de la que el diablo se esconde cuando ha de andar enojada.

Una que sea mala cantando pero que frente a ti lo haga sin pudor y que incluso le ponga sentimiento a cualquier estilo de canción. Que te incite a que tú cantes también sin importar el ridículo papel que han de hacer.

Una pésima comediante que cuente los chistes al revés o peor aún, que reía antes de terminar de contarlos y que aun así no puedas evitar el sonreír.

Una que suela contradecirte. Que sepa defender su punto de vista la hace más interesante.

 

 

Una loca desquiciante…

Que te llene el hígado de piedras. Que sus cambios de humor te enloquezcan. De esas delirantes que saben cómo y con qué hacerte enfurecer. Esas que disfrutan el tocar tus puntos débiles hasta hacerte morir de coraje y te hacen estallar en cólera y aunque a veces desees el matarle, lo único que consiguen es que llegues a amarle.

Una a la que no le sepas sus múltiples reacciones. Que te deje boquiabierta con sus distintas personalidades. Que sea sencilla, humilde, abierta y sobre todo directa. De esas inmaduras poco tolerables. Una que llore, que grite, que baile y que cante. Una mujer con carácter.De esas que te celan, te pelean y que saben cómo reconciliarte.

De esas que hablan hasta por los codos. Que te ahogan con empalagos. Una pervertida que te provoque en momentos inesperados. Que se muestra como es sin importarle. Que entrega el corazón completo, consiente que puedes lastimarle.

 

 

Una loca sin límites. Intensa. De esas que te hacen perder la noción del espacio y tiempo. Que no le importa hacer el ridículo con tal de verte feliz, incluso en los peores momentos. Una que no dice más que la verdad. Que la sinceridad es su arma más letal. Una que no te soltará al caminar, que sin importar cuán difícil se torne el camino, ella luchará hasta verte apaciguar.

Una loca no querrá más que tu bienestar y felicidad. Ella se entrega plena y completamente a la hora de amar.

Las locas aman, las cuerdas atan.

 

Autor: Stepha Salcas  (Diario De Una Bipolar)

Fuimos un intermedio que siempre dolió

Me prometí no volverte a escribir. Como también me prometí olvidarte y no volver a buscarte. Sólo logré cumplir con la última. Y aunque no te olvido, hoy pude comprobar que mi duelo ha terminado. Por circunstancias ajenas a mí, transité muy cerca de donde vivimos juntos grandes y felices momentos. Momentos que aún guardo con recelo en mi corazón, porque son los que me demostraron en su tiempo, que aún tenía la capacidad de querer con toda el alma, muy a pesar de mis heridas, muy a pesar de mi pasado y de mis fantasmas.

Fue inevitable no recordar el día en que apareciste en mi vida. Cuando te miré y me propuse que nos presentaran. La ocasión en que tontamente busqué un pretexto para por fin poder hablar de frente. Nuestro primer beso tierno y a la vez arrebatado. Nuestras comidas juntos. Las interminables charlas. La complicidad que nos hacía conectarnos aún más. Las locuras que este sentimiento nos llevó a hacer. Nuestro único e increíble viaje juntos. Mi perseverancia para permanecer en esta ciudad, a tu lado. Los planes y sueños que al final de cuentas no logramos concretar.

Bien dicen que recordar es volver a vivir y hoy viví de más. Sonreí en todo momento, aún más al recordarte a ti. Con esa chispa de locura y diversión en tus ojos. Esa manera tan desenfadada y divertida de afrontar la vida. Recordé las mil y un manías que tienes. Como la forma desesperada de comer. Tu chiflido que anunciaba tu llegada del trabajo. Tu desesperación por quitarte inmediatamente la camisa cada vez que llegábamos de algún lado. La forma tan sutil que tenías para seducirme y el don de hacerme caer siempre.

Te recordé con esa imagen dura de ermitaño, la cual fue cambiando conforme pasábamos los días juntos. Yo decía NO, pero la vida se aferró a que terminara diciendo un SÍ. Y pinté las paredes de colores. Soñaba más despierta que dormida. Me sentía orgullosa al caminar a tu lado. Un solo mensaje tuyo cambiaba radicalmente todo mi día. Podía perderme por horas en tu mirada o permanecer en silencio en mi lugar favorito, tus brazos. Ninguno planeó o buscó que las cosas sucedieran así. Estábamos tan encerrados cada uno en su propia burbuja, pero inconscientemente con la necesidad de volver a creer, de confiar y de entregar todo a otro ser, que eso nos llevó a ser todo y nada. Al menos a mí me sucedió así. No hubo nada que no te entregara de mí, y aunque probablemente hoy lo dudes, lograste obtener lo más puro y valioso de mí, mi corazón.

Al principio acepté las condiciones de nuestra ¨relación¨, eras especial para mí, pero en ese momento no estaba segura de lo que quería. Y como broma del destino lo supe demasiado tarde. Te perdí cuando más enamorada me sentía. Cuando te habías convertido en la razón de mi sonrisa en la mañana. En mi sueño más amado por las noches. Te perdí y con ello me perdí. No fue fácil para mí asimilar tu ausencia. Los primeros días sé que te hostigué con mil mensajes y llamadas. Deseaba más que nada en el mundo arreglar las cosas. Comenzar de nuevo, juntos. Prometí cambiar todo lo malo que no te gustara de mí, volver a ser la mujer que te encantaba.

Te pedí iniciar desde cero, desde el momento en que nos conocimos. Fue inútil…

Todas mis propuestas fueron rechazadas. Te busqué y lloré frente a ti en repetidas ocasiones. Te hablé de mis sentimientos con la franqueza que nunca había mostrado con nadie. Me miraste rota. Sin ilusiones. Sin ganas de continuar sin ti. Sin esa chispa de vida en mis ojos. Con las mejillas pálidas e inundadas en lágrimas. Y aun así dijiste: -hay alguien más-.
No me elegiste. No elegiste nuestros días, nuestras alegrías, nuestra historia. Con la mirada me pediste que te dejara volar. Y cómo más grande prueba de amor, lo hice. Tu mirada reflejaba victoria. A pesar de ser yo quien te había reconstruido, tú me estabas destruyendo con esa decisión, pero no te lo reproché. Me di la vuelta y no supe nunca más de ti, sólo aquello que miraba en redes sociales o los comentarios que personas allegadas a ti hicieron un par de veces en presencia mía. Me refugié en mi soledad. En nuestras fotografías. En el libro que me regalaste y que leí una y otra vez hasta aprendérmelo de memoria. Recorrí cientos de veces los lugares a los que fui alguna vez contigo, con la esperanza de encontrarte de nuevo.

Cuando decía ¡YA NO MÁS! tropezaba nuevamente con tu recuerdo. No sé qué dolía más… Si escuchar hablar de ti o tener que fingir que ya no eras importante. Te recordaba y te pensaba todo el día. Por las noches te soñaba despierta y finalmente me quedaba dormida llorando, hablándome de ti. Te escribí un mensaje de texto diario durante 90 días. Nunca respondiste uno solo.

Un día cruelmente alguien me dijo: -está en una relación formal-. Me dolió pero ya no podía quebrarme más. Estaba sumergida en el abismo de nuestros días pasados. Opté incluso la descabellada rutina de llegar de trabajar y hacer comida para ambos. Dejar tu lado de la mesa intacto. Dormir la siesta con algo abrazado imaginando que eras tú. Leer una y otra vez mis escritos en voz alta imaginando que los escuchabas. Después me quedaba en silencio esperando a que me dijeras qué corregir o modificar. Te enviaba mensaje de buenos días aun cuando sabía que me tenías bloqueada y escuchaba una y otra vez tus audios imaginando que estabas presente, conmigo. Si mi teléfono timbraba quería creer que eras tú. Si un carro se estacionaba afuera de mi casa, corría a verificar si era el tuyo.

 

Un día desperté con la sensación de un gran vacío y soledad. Me miré en el espejo y noté años de más en mi persona. Me pesaban los pensamientos y me desgarraban el alma los recuerdos. No era yo. Y no deseaba seguir en ese pozo de profunda oscuridad. Guardé tus fotografías y borré todos los mensajes. Me incorporé a varias actividades que me ayudaran a tener mi mente alejada, de ti. No transité más por lo lugares que frecuentamos juntos. Dejé de lado las amistades en común y me olvidé de la tonta rutina que había adoptado. Poco a poco me puse de pie. Junté los pedazos de mi corazón y lo armé de nuevo. Quedaron huecos que hasta hace poco aún dolían si te recordaba, pero que no volvieron a tumbarme. Comencé a salir y a conocer gente. Volvía a sonreír y eso, me sentaba bien. Volví a escribir. Terminé y publiqué al fin la historia que inicié por ti. Y aunque parezca increíble, todas aquellas personas que la leyeron quedaron satisfechas en qué ¨yo¨ me hubiese quedado con alguien más; lo cierto es que en la realidad te hubiese elegido a ti, más nunca tuve ese privilegio, tú elegiste por los dos y tu decisión fue irte de mí.

Hoy mi calendario ha marcado 107 días sin ti. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez, lo sé. La verdad no te he olvidado, pero te he superado. Lo supe hoy… Cuando a pesar de la corta distancia que nos separaba, mi corazón ya no quiso salirse en busca de ti. Cuando a pesar de los recuerdos que invadieron mi mente, no me puse nerviosa ni se aceleró mi respiración. Cuando la sola idea de que pudiésemos encontrarnos y cruzar miradas me fue indiferente.
En verdad me dolió en lo más profundo de mí ser cuando terminó nuestra historia. Porque fuiste tormenta en mi calma. Locura en mi cordura. Puntos suspensivos en mi punto final. Error en mis aciertos. Veneno en mi cura. Soledad en mi compañía. Piedra en mi camino. Mentira en mi verdad. Y quizá por ser contraste en todo lo que yo esperaba o deseaba encontrar, te convertiste en mi rayito de luz, ese por el que perdí la razón, la noción del tiempo y el control de mis sentimientos.
Si hoy te tuviera frente a mí, no te reprocharía nada. Te confirmaría lo que tú muy bien sabes, pero que yo no supe demostrar… TE QUISEcon todas las letras y el sentimiento puro que la palabra implica. Con todo mi corazón y mi ser. Te quise tanto que los recuerdos más bonitos los llevo en mi corazón. Te quise tanto que hoy y siempre te he de desear lo mejor. Escribir me gusta tanto como haberte querido, porque me recordaste que dentro de mí, llevo a la mujer romántica y cursi que entrega todo por amor si el hombre es el indicado. Te dedico una sola palabra: ¡GRACIAS!

No fuimos amigos, ni siquiera novios. Fuimos un perfecto intermedio que dolió siempre en el corazón,
pero hoy: Ya te he superado.

Autor : Stepha Salcas

Dama es aquella que no le interesa tener muchos hombres a sus pies, sino uno solo a su altura.

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Qué triste ha de ser tu historia, la verdad es que te compadezco, porque tú crees que me robaste algo valioso y aunque en su momento también creí que él valía la pena resulto ser un cualquiera como tú, así que no vengas a insultarme como si tu fueras la mujer de la casa y yo la ramera, no te equivoques que ambas sabemos el lugar que tenemos, y si piensas que voy a detenerme a llorar porque lograste acostarte con mi marido, debo decirte que es todo lo contrario, me has ayudado más que perjudicarme, me abriste los ojos para darme cuenta del error que había cometido y para poder separarme legalmente de ese a quien alguna vez respeté.

No te preocupes que antes de irme te dejaré la casa limpia y todo en su lugar, quiero que al menos tus primeros días sean agradables, porque seguramente tú no sabes nada acerca del hogar, porque eres una cualquiera que se acuesta con el primero que le viene en frente, así que no debes de conocer nada acerca de las obligaciones del hogar, y yo imagino que a él no ha de importarle mucho tampoco, porque lo que busca es revolcarse contigo como cerdos en el lodo y para eso cualquier lugar es bueno.

Todos los insultos y las amenazas que me hiciste eran completamente innecesarias, también ese vídeo que tomaste cuando ustedes dos estaban enredados en la cama, comportándose más como animales que como personas, solo era necesario que me hicieras saber que mi marido tenía una amante y yo gustosa te habría dejado libre el camino, pero dado el hecho de que te tomaste la molestia de enviarme sus conversaciones por e-mail, whats app, y las cartas en las que él te describía lo horrendo que era vivir a mi lado y como pensaba divorciarse de mí, y como deseaba estar contigo solamente para poder pasar todo el día revolcándose contigo, voy a tomarme la libertad de darles un buen uso.

Voy a usarlos para acelerar los trámites de mi divorcio con él por infidelidad y exigirle la pensión por correspondiente, y todo se facilitará gracias a todas las pruebas que tú misma me facilitaste, también debo decirte que me tomé la molestia de investigarte y tengo pruebas de que andas al menos con otros dos además de mi marido, pero no debes preocuparte, guardaré el secreto en pago al favor que me has hecho al quitarme de encima a ese hombre que no valía la pena.

A cambio solo te voy a pedir un favor, deja de darte esos aires de dama, al menos en mi presencia, porque una dama no es aquella que busca muchos hombres para tenerlos a sus pies, si no uno solo que este a su altura, así que seamos claros al menos en eso, yo soy la dama y tú la ramera.

Autor: Sunky

Las cosas se arreglan hablando no dejando de hablar.

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No encuentro lógica en tu manera de actuar, ambos sabemos que estamos pasando por un mal momento, ¿pero qué relación no tiene sus problemas?, no hay nadie que no tenga altibajos en su vida, y cuando dos personas se unen las cosas a veces se complican un tanto más, pero ¿acaso somo de esas relaciones pasajeras que solo duran hasta la primera tormenta?, ¿será entonces que infravalore lo que teníamos?, piénsalo por un momento, las cosas solas no se van a arreglar, necesitamos poner las cartas sobre la mesa, y alejarnos lo hace aún más complicado.

Es verdad que cuando se está molesto lo mejor es tomar un poco de espacio y aire para calmarse, no es bueno forzar una conversación cuando los ánimos están demasiado arriba, pero alejarnos y pretender que olvidaremos nuestros disgustos tampoco es la mejor opción, debemos encontrar un punto medio, debemos ser capaces de decirnos las cosas más calmados, tratar de llegar a acuerdos, decir lo que nos molesta no es malo si no hay un afán de insultar al otro, entiende que hay cosas que están mal entre nosotros, pero eso no significa forzosamente que no podamos funcionar juntos.

La comunicación es un factor clave para arreglar los problemas, y yo estoy en la mejor disposición de hablar contigo, si necesitas tomarte un tiempo más para calmarte, para acomodar las cosas en tu cabeza, está bien, solo dilo, dime que quieres pensar las cosas detenidamente, de esa manera sabré que no estas huyendo si no pensando, de esa manera sabré que ambos estamos peleando por continuar juntos, por remover estas astillas que hoy nos molestan, por superar esta prueba, por continuar amándonos, porque sabemos que esto vale la pena, solo quiero saber que estamos en el mismo barco, solo quiero saber que no estoy sola considerando que lo nuestro es mucho más valioso que nuestras posibles diferencias.

Las cosas buenas siempre cuestan, y es precisamente el hecho de reconocer que lo nuestro vale como para aferrarse y sacar por la puerta todos los problemas que se nos presenten, darle el valor a nuestra relación nos llenara de fuerzas para sobreponernos a las adversidades, para levantarnos las veces que sea necesario, para ayudarnos cuando uno de los dos este abatido y sin poder actuar, y al menos yo estoy segura que lo nuestro es especial y que vale lo suficiente como para no soltarlo así nada más, y es precisamente porque quiero que cuidemos nuestro amor, que te pido que lo hablemos, ya que enterrar las cosas nunca funciona, porque en el siguiente disgusto todo volverá a relucir, y ahora serán los nuevos problemas junto con aquellos que quisimos ignorar los que nos golpearan en la cara.

Amor mío, el silencio es bueno solo durante el tiempo que se piensa bien aquello que hay que decir, pero una vez seguros de lo que pensamos, hablar es lo que nos sanará, lo que nos ayudará a conocernos mejor y será la piedra fundamental sobre la cual edificaremos nuestro castillo, te amo mucho y no quiero que estemos mal, así que dime ¿quieres hablar?

Autor: Sunky

Me fallé mil veces a mí, por no fallarte a ti.

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Acostumbraba mirar con el rabillo del ojo a aquellas personas que cambiaban su forma de ser cuando estaban con alguien más, siempre les llamé los camaleones infelices, porque necesitan negarse a sí mismos para poder agradar a los demás, o al menos eso es lo que ellos creen, porque seguramente si tuvieran el valor de mostrarse tal como son, serían apreciados por las personas correctas y serían más felices siendo sinceros con su forma de pensar, sus gustos y su personalidad.

Dicen que cuando te jactas de que nunca harás algo el destino conspira para que aprendas la lección, dicen que cuando levantas tu mano para señalar a alguien debes tener cuidado porque tu señalas con un dedo a esa persona pero tres de tus dedos te están señalando a ti, a veces somos soberbios y creemos que no seremos presa de aquellos errores que en las otras personas parecen tan evidentes que incluso molesta verles caer una y otra vez en el mismo error.

Pero la vida que es un maestro eficiente tenía preparada mi lección, tenía preparado un encuentro amoroso en el cual llegaría hasta mis propios límites por amor, me haría sentir por primera vez en mi vida como alguien que no merecía aquel compañero que parecía tan superior a mí en todos los sentidos, que brillaba tanto que me dejaba deslumbrada, que me hacía sentir insegura y pequeña a su lado y que me haría sentir un miedo terrible de ser abandonada por él, y exploraría en carne propia esa desesperación que se puede sentir cuando hay alguien que amenaza con marcharse si no eres capaz de cumplir con ciertos parámetros o condiciones.

No puedo engañarme, me di cuenta desde el comienzo que estaba a punto de cometer aquellos errores que yo me había dedicado a señalar, pero traté de convencerme a toda costa que no era igual, que si este hombre que tenía a mi lado era tan pero tan bueno, sus exigencias serían lógicas y positivas para los dos, quería parecerme a él lo más posible y sobre todo quería ser digna de estar a su lado, quería su aprobación sin importar el precio y el precio realmente resulto muy caro.

Terminé negando todo aquello que yo realmente era, contradiciéndome hasta en las cosas que consideraba más importantes en la vida y me sentí tan vacía, tan triste, tan poca cosa, que no sabía cómo seguir con mi día a día, terminé por entender que él no me quería a mí, solo deseaba “mi embace”, solo le gustaba por fuera, porque él quería cambiarme por completo en todo lo demás, así que en momento de cordura y reuniendo las pocas sobras de amor propio que me quedaban, decidí terminar con él, eso fue lo único que hice en toda esa locura de lo cual me puedo sentir orgullosa, y aprendí a dejar de mirar en la vida de las otras personas, porque todos somos capaces de cometer el error que sea cuando se nos llega por nuestro punto débil.

Autor: Sunky

Yo me enamoro de lo extraordinario, de lo difícil, de lo inalcanzable, de lo que duele.

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No soy quien para juzgarte, no voy a darte una lección de vida, ni a aburrirte con ideologías mías, sé que cada persona tiene su propio camino y que yo estoy aquí por todo lo que he vivido anteriormente, no puedo forzarte a que me acompañes en mi manera de pensar, porque cuando se trata de amor, los pensamientos no suelen ser de lo más razonables, pero la experiencia termina por imponerse y darnos una bofetada para entender que es lo que tenemos que cambiar si no queremos continuar así.

Yo también estuve en tu lugar, yo también me sentía como tú, tuve un par de experiencias terribles que me obligaron a cerrar mi corazón, me obligaron a permanecer alerta, me obligaron a desconfiar de todo, incluso después de que me comprobaran con hechos que lo que me decían era verdad, yo aún no dejaba de desconfiar por completo, de esa manera comencé a vivir una manera diferente de experimentar el amor “con pinzas”, procuraba disfrutar el momento, procuraba exprimirle lo mejor a las experiencias vividas con mis parejas, pero nunca me permitía confiar por completo, nunca me permití enamorarme en realidad, y si sentía que era inevitable, incontrolable el hecho de enamorarme de aquel hombre prefería salir corriendo sin dar una explicación.

No quería volver a ser presa de una burla de nadie, no quería ser el juguete de ningún estúpido con complejo de conquistador, no quería quedarme llorando al final de la historia, no quería que doliera mi pecho como alguna vez me paso, en cada relación que entraba desde su inicio la condenaba a que terminaría mal, y me sentía orgullosa de mis predicciones, y de alguna manera no me dolía porque era algo que ya me esperaba, pero no me daba cuenta de que en realidad era yo quien estaba jodiendo cada una de esas relaciones, no me daba cuenta de que en realidad no me estaba protegiendo de nada, simplemente no me permitía amar, y así como las tristezas y las malas emociones no tocaban a mi puerta, las buenas experiencias tampoco lo hacía, comencé a darme cuenta de que si bien no sufría, en realidad tampoco gozaba.

Aprendí que no se puede tomar el amor solo por encima, en el amor o te sumerges o simplemente no te llega, aprendí que si bien muchas veces toca sufrir por desamor, también algunas veces se puede tener suerte y vivir cosas inolvidables, experiencias que hacen que a final de cuentas todo haya valido la pena, porque estoy convencida de que vinimos a este mundo a experimentar el amor, y que mientras más fuertes sean tus emociones, más satisfecha quedarás al final de tus días.

Hoy soy todo lo contrario de la persona que en ese entonces fui, hoy busco amores increíbles, busco experiencias extraordinarias, busco de esos amores que duelen, porque en la medida que duelen también agradan, porque si quieres encontrar el amor, no se puede hacerlo desde un palco, hay que vivirlo en carne propia, hay que comprometerse, hay que arriesgarse, hay que apostarlo todo, y aunque sé que la mayoría de las veces perderé en mi apuesta, solo necesito ganar en una para que todo haya valido la pena.

Autor: Sunky

 

Te di más de lo que merecías

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Hombres que nunca prometen nada pero que te dicen lo suficiente para mantenerte a su lado. Que nos permiten imaginar que en algún momento seremos un equipo, que caminaremos juntos y enfrentaremos todo lo que nos encontremos. Pero que nunca llegan a puerto.

Estas relaciones son las más dolorosos, nos ilusionan para luego dejarnos, porque ya no somos útiles para ellos, porque el vacío que sentían ya no existe. Cubrieron su soledad con nuestro amor, aprovecharon cada instancia posible para satisfacer sus necesidades de atención, cariño y compañía. Hicieron esto con el conocimiento que nunca nos querrían, siempre conscientes que éramos solamente momentos en su vida.

Luego de todos los abrazos, besos, caminatas, sonrisas, mañanas de despertar juntos, toman sus cosas y se van, dejándonos sin ni un aviso previo de la mano de otra mujer. Y ahí es cuando nos damos cuenta de que nunca nos quisieron, y que cada una de las cosas que hicimos por él no valió nada. Nos quedamos con nuestro sufrimiento, solas, vacías y cuestionándonos ¿cómo no nos dimos cuenta de la verdad?, ¿qué nos faltó por hacer para que se mantuviera a nuestro lado? o la pregunta que más duele ¿qué tiene ella que a mí me falto?

Empezamos a recordar cada momento junto a él, o lo que estará haciendo con ella, nos damos vuelta en un dolor profundo y lo único que deseamos es que vuelva, que nos pida perdón y otra oportunidad. Oportunidad que dentro del amor que sentimos por él, se la daríamos en 2 segundos.

Pero al mismo tiempo nos llega un sentimiento de rabia en el que nos repetimos que hicimos todo en nuestro alcance, que le dimos todo el apoyo, compañía, comprensión y amor posible. Que no fue nuestra culpa, que fue él quien no fue capaz de amar. Que le entregamos más de lo que merecía.

Tratamos de seguir adelante, y que los días avancen con la esperanza de sentirnos mejor a medida que pasen las horas, que ese dolor que se siente infinito, disminuya o desaparezca, porque sabemos que podemos vivir sin él, es solo que no queremos, y duele no poder vivir con la persona que amas.

Pero a pesar de todo aquello sabemos que las cosas mejoraran y que un día podremos mirar atrás y darnos cuenta de que el dolor que sentimos que nos iba a matar solo nos hizo más fuertes. Que las noches eternas, solitarias y dolorosas nos hizo desear un amanecer mejor. Que las lágrimas que derramamos se secaron. Y que la persona que de verdad perdió fue él, porque abandono a quien lo amaba en todas sus formas, quien habría dado todo por él. Perdió a la mujer que lo acompañaría a donde fuera.

Por: Octavia Bustos

Gracias por demostrarme que el amor existe 

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Nunca puedo encontrar las palabras exactas para decirte gracias por llegar a mi vida en el momento más exacto. Dicen que para encontrar el amor tienes que dejar de buscarlo, y eso fue exactamente lo que hice.

Me di cuenta que por más que buscaba a una persona que estuviera a mi lado apoyándome, que me comprendiera y que estuviera a mi lado a pesar de las circunstancias, que no le importará si fueran malas o buenas. Busqué por mucho tiempo a esa persona, pero a pesar de que daba todo de mí, no encontraba a la persona indicada hasta que llegaste tú. Cuando llegaste mi mundo cambio, me di cuenta que no era necesario esforzarme por encontrarte porque cuando menos me di cuenta llegaste, y cuando lo hiciste mi corazón volvió a ser el mismo; comencé a creer de nuevo en la posibilidad de ser feliz a lado de una persona que sepa amarme y respetarme.

No encontraba las palabras para agradecerte todas las cosas que has hecho para demostrarme que el amor que sientes por mí es verdadero, y que no solo estás conmigo como algo pasajero, que algún día te fueras y me dejaras con un gran dolor en el corazón y vuelva a pensar que el amor es un cuento de hadas, que en realidad el amor no existe.

Desde que llegaste a mi vida me di cuenta que eras todo lo que siempre había buscado, ese alguien que no podía encontrar y llegué a pensar que nunca existiría. Llegaste tú y me hiciste pensar que valió totalmente la pena esperar y pasar por todas las cosas que pasé antes de que conocerte a ti. Eres todo lo que estaba esperando y no estoy dispuesta a perderte, es por eso, que trabajo día con día el estar a tu lado y ser lo que quieres en tu vida. Quiero convertirme en esa persona a la que amarás por toda una eternidad; quiero ser la única persona que logré que seas feliz.

Quiero cuidarte, quiero entregarte todo lo que soy porque quiero demostrarte todo lo que siento por ti, demostrarte que este amor es lo mejor que tengo y que no encontrará a otra persona que te ame como yo lo hago. No sé con sucedió, aún no comprendo en que momento fue cuando llegaste a mi vid, pero quiero demostrarte que es lo mejor que me ha pasado, que el tenerte a mi lado me ha cambiado por completo y que es por eso que no estoy dispuesta a renunciar a ti de ninguna manera, al contrario lucharé lo que sea necesario para poder seguir aquí y no permitir que nunca nadie llegue e intente tomar mi lugar. Quiero estar a tu lado por siempre y demostrarte que puedes confiar en mí sin importar nada. No quiero equivocarme contigo, no quiero dejarte ir porque sé que nunca encontraré a una persona que tenga lo que tu tienes, que me entregué, lo que tú cada día entregas.

Te quiero y te querré, siempre y hasta después de la muerte, porque te amo con toda mi alma y el alma no muere.

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Hay personas que simplemente no aprendemos o que no queremos aprender, porque, aunque duele mucho cuando una persona te falla, duele más cuando estas “pretendiendo querer”, cuando tienes que sujetar a tus emociones para que no salgan, para que no sean, cuando las reprimes con todas las fuerzas, al menos para mí es mucho más desgastante tratar de no sentir, que aceptar lo bueno o lo malo que venga, de cualquier forma, nadie se salva de sufrir.

Sé que no debí amarte tanto, sé que debí ser más cautelosa a la hora de entregarte mi confianza y mi amor, ¿pero cuánto tiempo es suficiente para saber si alguien no te va a decepcionar?, he visto relaciones que fracasan después de muchos años, ¿acaso debería contener mi amor hasta que hayan pasado 10 o 15 años para estar segura?, ¿no sería más probable que la relación terminara fracasando precisamente por falta de amor?, creo que es mucho más probable que el no involucrarse desemboque en una serie de situaciones que terminen separándonos.

Llámame anticuada si quieres, dime que soy una tonta, que soy una idiota por confiarte mi corazón cuando los dos prometimos hacerlo, es obvio que la única que cumplió su promesa fui yo, pero no me importa, no me importa porque al menos mi conciencia está tranquila, porque sé que no había nada que hubiese podido hacer para evitar nuestra separación, y aunque me duele en el alma haberme casado con alguien que nunca me valoró, me siento muy orgullosa de mantener mi promesa de amarte, de haberlo hecho y de seguirlo haciendo, y aunque sé que en este momento a ti te importa poco lo que sienta por ti, sé que llegará el día en que te acuerdes de mí.

Recordarás aquella mujer que pese a todo siempre te amo, incluso cuando te fuiste, incluso cuando la traicionaste, incluso cuando realmente nunca te lo mereciste en realidad, y es que me resulta tan triste el darme cuenta que yo te amo más de lo que eres capaz de amarte tú mismo, porque yo nunca te hice daño y tu no haces otra cosa más que sabotearte a ti mismo, eres presa y esclavo de tus instintos como si fueras un animal, eres alguien que solo razona mientras que su pene no se encuentra erecto, porque en cuanto este último reacciona te vuelves esclavo de sus mandatos y sus deseos.

Es una lástima que seas tan poco inteligente, y que aun ahora no te des cuenta de lo que perdiste, es una pena que para cuando te des cuenta ya será demasiado tarde, porque, estaré muy lejos, lo suficiente como para que nunca me encuentres, aun así, yo te amo, y te amaré por siempre, porque yo te amo con mi alma y el alma nunca muere.

Autor: Sunky

Quien riendo la hace, llorando la paga.

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Creo que las personas como tú no saben lo que se siente estar en la situación en la que me dejaste, eso creo, porque si supieras lo que se siente segura estoy que no irías por el mundo enamorando mujeres para después burlarte de ellas y sus sentimientos hacía ti, no sé cuánto tiempo llevas haciendo este tipo de cosas, no sé cuánto tiempo tardará en llegarte la cuenta, pero estoy tranquila, porque sé muy bien que un día llegará, y quizás mi único remordimiento sea no poder verte en ese momento y recordarte lo que me hiciste cuando poses tus ojos en el cielo y te preguntes porque a ti.

Me gustaría poder estar cerca para recordarte todo el daño que me hiciste, pero no vale la pena seguir envenenándome el alma con pensamientos como ese, es por eso que prefiero escribirte estas líneas, con la única intención de que si guardas esta carta la leas cuando pase lo inevitable y el universo haga reflejo de tus acciones sobre ti mismo.

Me duele que me engañaras, me duele haberte creído y confiado en ti, me duele saber que detrás de todas las cosas bonitas que me decías se escondía una sonrisa siniestra, me duele no haberme dado cuenta de tu falsedad, me duele saberme tan estúpida como para haber imaginado un futuro contigo, me duele el pecho cuando me doy cuenta que mis sentimientos nunca fueron correspondidos, pero sin duda lo que más me lastima es que encima de eso, te burlabas en silencio de mi, porque fui para ti un juguete que se movía a tu antojo y del cual siempre te reíste, incluso en el momento en que te fuiste tuviste el cinismo de aceptar que todo fue un engaño tuyo y que lo nuestro duró hasta el momento en que deje de entretenerte.

Aunque por otro lado quizás debería agradecerte, porque son los grandes amores aquellos que cuesta olvidar, porque son los grandes hombres aquellos que dejan una sombra tan difícil de llenar que cuesta trabajo conseguir a alguien capaz de ocupar su lugar, sin embargo tu eres tan pobre y miserable que te contentas con engañar a las mujeres sin involucrarte, porque no tienes los pantalones como para estar en una relación real, como para permanecer junto a alguien, como para mostrarte como la persona que eres, sin embargo nadie puede vivir así por siempre, y llegará el momento en que te encuentres vulnerable, y será ahí, cuando menos te lo esperes, que pagarás cada una de tus fechorías, o quizás tengas incluso una peor suerte y jamás puedas experimentar el amor real, quizás seas presa de tus propias mentiras y seas incapaz de reconocerte, incapaz de enamorarte y termines solo como un perro al final de tus días.

Sea como sea, ojalá aun tengas este pedazo de papel entre tus pertenencias y vuelvas a leer esto que te escribo, para que encuentres la respuesta al porqué de tu sufrimiento, no te deseo más que lo mismo que me has dado, discúlpame si no me despido con la frase trillada “a pesar de todo te deseo lo mejor”, porque no soy hipócrita, y deseo que pagues lo que me hiciste y mejor aún si tú eres el mismo motivo de tu desgracia.

Autor: Sunky