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¿Ya le confesaste que no has podido olvidarme?

Pobre ilusa que se siente tu dueña pues ignora que es conmigo con quien sueñas…

Y ahora es que confirmo la frase que una vez escuché por ahí: ¨tarde o temprano todos vuelven¨. ¡Cierto! Lo has hecho pero eso no me causa ni la más mínima felicidad, creo que solo ha servido para elevar mi ego y sentir por ella compasión más no resentimiento.

Ella que aseguraba que te haría cambiar, no acaba de entender que nunca dejarás de ser un patán. Un hombre que no sabe valorar el amor de una mujer, un egoísta que no piensa más que en placer, un ser vacío que nunca dará amor porque tiene podrido el corazón.

Lo tenías todo a mi lado aun cuando ella asegure todo lo contrario, tu y yo sabemos que en la vida no tendrás amor más sincero como el que yo te di y aun así, solo te dedicaste a hacerme sufrir.

Me pregunté una y otra vez ¿en qué fallé? Pero ahora reconstruida y sin heridas me doy cuenta de que yo no fui la del error. Y es que más tardé en superarte que tú en volver a buscarme, me hablaste de tu arrepentimiento y de tu falso amor, jurando y perjurando qué harías cualquier cosa por recuperar mi corazón,  aseguraste una y otra vez que ella sólo había sido un error, un simple juego que por un momento te causó diversión, ¡que cinismo, que patán, humillar a la persona con la que estás!

 

¿Y de qué te ha servido ser un Don Juan? Si al final, sólo terminarás. A ella no le guardo ningún rencor, la compadezco y le agradezco el haberme quitado del camino a un hombre que, como ella mencionó, no merezco. No, ¡no te merezco!, no he hecho nada tan malvado como para quedarme con un hombre tan patético y desalmado; que hiere, destruye y pisa un corazón que no se dedicó más que a darle amor.

Y al final es verdad que todos pagamos las consecuencias de nuestros actos, mientras ella alardea que la partida me ha ganado, tú me buscas y me imploras una oportunidad, misma que jamás obtendrás. Ella que presume de dormir en tu cama, no sabe que tus sueños aun me aclaman. Ella que grita a los cuatro vientos que tiene tu amor, no sospecha siquiera que estés luchando por recuperar mi corazón.

Palabras más, palabras menos, lo importante es que ya no te las creo. Lo importante es que he logrado superarte, he reparado mi corazón y estoy lista para darme una nueva oportunidad en el amor y es que me la merezco, mientras que tú, puedes con ella conformarte, al final, son tal para cual. Ninguno sabrá jamás lo que es el verdadero amor y el destino los hará pagar tarde o temprano su traición, sino es que el karma, a ella la está visitando hoy.

Y no le pido yo al cielo que te mande más castigo, que estés durmiendo con otra y estés soñando conmigo. -Chavela Vargas

Autor: Stepha Salcas  (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

Mujeres que ofrecen mucho en el amor, terminan rotas

Le di todo pensando que el ¨para siempre¨ prometido era sincero, pero no fue así, él puso fin y yo me quede rota, rota y vacía.

¿Alguna vez te has puesto a analizar cuánto das en el amor? ¿Alguna vez te ha dado por atribuirle a tus acciones pasadas con viejos amores tu fracaso con un amor actual? ¿Alguna vez has sentido que lo das todo y que a cambio sólo recibes la mitad o migajas? ¿Alguna vez has llegado a la conclusión de que entregas demasiado en el amor?…

El problema de nosotras las mujeres es que no conocemos otra forma de amar que no sea plena y totalmente, y es que al parecer nuestra naturaleza es ser más sentimentales y menos racionales.

Cuando de repente llega alguien que nos hace sentir algo distinto, algo especial, algo que le da brillo a nuestra mirada y una linda sonrisa a nuestro rostro, cerramos los ojos y abrimos el corazón de par en par sin ni siquiera averiguar si esta persona nos convendrá, ¿Por qué? los factores varían, está desde el autoestima hasta el terror a la soledad, el sentir o tener un amor distinto que el que los que están a nuestro alrededor nos pueden dar, llámese familia o amigos. A veces simplemente es el experimentar o el deseo de vivir una aventura, y no, no está mal, lo que sí está mal es el no saber elegir con quien estar, con quien compartir nuestro tiempo, a quien darle nuestro corazón, regarle nuestros besos y nuestra piel y peor aún, atribuirle a esa persona la responsabilidad de nuestra felicidad.

No hay nada más triste y vacío que entregar el alma a quien no la merece tan solo por terror a la soledad o por llenar huecos de personas que ya no están más. En ocasiones, solemos seguir patrones, si, patrones de hombres, nos llaman la atención los patanes, esos que no saben amar o que se las pegan de muy cabrones y al final solo son unos perdedores que se pierden de lo increíble que es amar. Y luego al elegirlo y finalmente fracasar, nos preguntamos una y otra vez porque nos ha tocado vivir tantas decepciones, porque se nos ha lastimado tantas veces o porque a quienes queremos no nos quieren. La respuesta está precisamente en ti, ¿te amas lo suficiente como para saber lo que te mereces? Muchas mujeres no saben cuánto valen y entonces pasa que se conforman con cualquier clase de amor tan solo para sentir algo en su corazón. No somos felices por nosotras mismas y pensamos erróneamente que al estar con alguien más, eso cambiará, pero la felicidad debe de empezar con uno mismo y cuando ya te sientas plena y feliz, entonces puedes salir en busca de alguien con quien compartirla pero si sabes esperar a que este llegue por sí solo, mucho mejor, pues el amor no se busca, cuando alguien es para ti, sólo llegará, sin prisas.

Y entonces cuando ya estamos en una relación, queremos darle a ese ser todo, nuestra mejor versión, nuestros sentimientos en charola de plata, nuestro tiempo y toda la atención, nos olvidamos del mundo entero e incluso en ocasiones también de nosotras mismas, y si, eso está mal, ¿en qué momento le das a la persona la oportunidad de ganarse todo lo que le das?

Eres tan valiosa que realmente no necesitas estarlo demostrando dando todo a diario, en una relación es 50 y 50, posiciónate en lo más alto de un árbol y jamás bajes tu valor, permite al otro hacer su esfuerzo por estar a tu altura, da en la medida que te den, demuestra conforme te demuestren y si alguien te quiere de verdad, no le importará luchar y jugársela por ti.

El error que cometemos la mayoría de las mujeres es amar más de la cuenta pero a la única persona que debes de amar con todo tu ser es a ti misma, tanto que nunca te permitas olvidarte de tu valor y dignidad, tanto, que nunca cortes tus alas solo porque te lo ha pedido la persona ¨amada¨, tanto, que nunca cambies ni te olvides de quien eres, tanto, que seas incapaz un día de reconocerte.

Al final quien da todo en el amor sin recibir la misma proporción termina roto, si, es verdad que amar plenamente y entregarse completa es maravilloso pero la clave está en saber con quién hacerlo y es que nadie te rompe, te rompes tu misma al ofrecer tanto amor a quien no tiene corazón.

En este mundo hay tanto lobo con piel de oveja que el mejor consejo es: mantén más abiertos los ojos que el corazón, nunca te olvides de tu valor ni entregues todo tu amor. Porque recuerda que las mujeres que ofrecen mucho terminan rotas y repararse no es tan fácil como enamorarse.

Autor: Stepha Salcas  (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

Tú mereces un amor bonito

Tú mereces a alguien que esté enamorado de tu vuelo y que tenga la certeza de que al nido siempre habrás de regresar, porque sus brazos te habrán enseñado que son tu mejor lugar para amar. Mereces a alguien que, esté tan loco por ti como tú de él. –Stepha Salcas

Tú mereces…

Un amor que te conquiste a la antigua como ya casi nadie tiene la osadía de hacerlo.

Un amor que te llene de detalles y no hablo precisamente de cosas materiales, sino simples gestos que hagan estremecer a tu corazón.

Un amor que te haga suspirar cuando escuches su nombre por ahí.

Un amor que sepa asumir un compromiso, que sea fiel y leal.

Un amor que no te critique ni te juzgue, que no te eche en cara tu pasado ni tus acciones, que mejor busque soluciones y te ayude a mejorar si tú se lo pides pero que jamás, pretenda cambiarte.

Un amor que ame tu esencia por sobre todas las cosas.

Un amor que te erice la piel cuando te acaricie, cuando te bese y te hable al oído.

Un amor que entienda que ir lento es llegar más lejos.

Un amor que se cocine a fuego lento, que sepa que lo que se construye poco a poco y día a día tiene una mejor estructura, es más fuerte y sólido y con nada logra quebrantarse.

Un amor que no piense en lo fugaz, que a cambio de ello te ofrezca la eternidad.

Un amor en donde únicamente sean dos, que cada día vuelvan a elegirse el uno al otro.

Un amor que te mire como a su musa y te cuide como su mayor tesoro.

Un amor que no te baje solamente la luna sino todo el universo entero.

Un amor que haga que cada día te levantes con una sonrisa y por la noche, te vayas a la cama de igual manera.

Un amor que te recuerde cada día cuanto te quiere y te lo demuestre cuidándote, valorándote y respetándote.

Un amor que no tire la toalla a la primera dificultad, que tomado de tu mano derribe cualquier obstáculo y junto a ti sepa afrontar la adversidad.

Un amor que te de seguridad y estabilidad, que cada día te confirme que sus brazos son tu mejor lugar para estar.

Tú mereces…

Un amor que te haga sentir viva, que te haga disfrutar la vida y te llene de locuras cada día.

Un amor que quiera crecer junto a ti, alguien que te ayude a ser aún más grande y que eso en vez de enfadarle lo haga sentir orgulloso.

Un amor que esté contigo en tus fracasos y que en tus victorias te llene de aplausos.

Un amor que deje a un lado el orgullo sobre todo si este le hace distanciarte de ti.

Un amor que sepa pedir disculpas y que tenga la suficiente humildad para aceptar las que vengan de parte tuya.

Un amor que nunca te sienta segura ni deje de conquistarte y elegirte cada día.

Un amor que acepte tus defectos y se muestre también como un ser imperfecto y a pesar de todo ello ambos sepan que no pudieron hacer mejor elección.

Un amor que te abrace fuertemente cuando temes, que te proteja incluso de ti misma si es necesario.

Un amor que te transmita calma cuando le miras a los ojos y que ellos no reflejen más que la verdad.

Un amor que no mienta, que no traicione y que no dañe.

Un amor que te haga sentir plena y viva aun sin tocarte.

Un amor que esté cuando todos se han ido, que te preste tu hombro si quieres llorar y que lama tus heridas si te han herido.

Un amor que te haga brillar y te permita volar, que tenga la seguridad de que a su lado volverás.

Tú mereces…

Un amor que siempre te de tu lugar.

Un amor que en lugar de dudas o pretextos te llene de besos, de caricias y abrazos.

Un amor que no tema mostrar su lado más humano, más sensible, más cursi y delicado.

Un amor que con sus ocurrencias te haga reír hasta la locura.

Un amor que nunca pero nunca se avergüence de ti, que tomándote la mano te lleve al recorrer el mundo, que incluso a sus amigos les presuma lo feliz que es junto a ti.

Un amor que en vez de palabras te regale hechos.

Un amor que te inspire, que te nutra, que te haga florecer.

Un amor que sea eterno, que ante cualquier tormenta él sea tu sol que en esos días habrá de resplandecer.

Un amor que te haga ver cada día que alguien mejor como él, no pudiste tener.

Un amor del bueno, puro y sincero, de esos que se la juegan, de los que arriesgan y que por ti todo apuestan porque tú vales la pena.

Tú mereces un amor bonito si o si, nunca bajes tu valor ante ninguna situación, quien te habrá de querer hará todo por poderte merecer.

 

Autor: Stepha Salcas (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

Y al final yo perdí, porque me acostumbré… a ti

Y en este preciso momento siento un profundo dolor que con nada puede aliviar, desearía nunca haberme acostumbrado a ti; a tu forma de mirarme, de besarme, de acariciarme y envolverme en tus brazos. No debí acostumbrarme a tus detalles, a esos constantes mensajes, a las interminables charlas, a tu olor, tus gestos ni al calor de tu alma. No debí acostumbrarme a tu querer si tarde o temprano lo iba a perder, ahora puedes entender porque no solía demostrar mis sentimientos, ¿para qué? si al final nada es eterno y algunas personas disparan a sangre fría y no les importa dejarte allí, sangrando.

Tú tenías noción de cuál sería nuestro final, si me mirabas como un juego ¿por qué no me dejaste jugar? Tal vez nos hubiésemos divertido más y hubiera tenido muy claro que no me debía enamorar. Ahora todo sería distinto, no estaría llorando y sufriendo como una idiota cada noche en mi habitación, no me dolería el corazón cada vez que alguien pregunta por ti, no tendría que mentir cuando preguntan por nuestro fin. Me cuesta pensar que para ti no signifiqué nada aun cuando yo siempre estuve incluso en tus peores momentos presentes, me entregué totalmente, te alenté en tus fracasos y te festejé tus triunfos, sané tus heridas y te quise con todo mi corazón, al final quien dio más sufre hoy, yo.

La realidad me ha golpeado bastante, tanto que ni siquiera puedo reconocerme, me siento y me veo como un cadáver que solamente espera ser devorada… casi como una estocada final. No puedes imaginar cuanto me dueles, ahora es que me doy cuenta de cuanto te quería, mucho más de lo que te presumía. Anhelo escuchar nuevamente tu voz, tenerte frente a mí y perderme en tu mirada, refugiarme en esos brazos que se convirtieron en mi hogar y poderte llamar una vez más… amor, mi amor.

Ahora no hago más que torturarme con mil preguntas, me cuestiono sobre qué fue lo que te llevó a decidir nuestro final, porque nunca me lo consultaste, porque no me preguntaste si yo también deseaba terminar. Cómo es que herirme te ha sido tan fácil, cómo puedes darme simplemente un adiós, decirme que el amor se te acabó, darme la espalda y marcharte para no regresar, ¿cómo? Me niego a pensar que solo has jugado y que de mi jamás estuviste enamorado, me niego a creer que nunca me llegaste a querer.

Suena estúpido pero sigo esperándote al pie de mi portal, sigo creyendo que algún día volverás, que traerás de vuelta los días de ayer y entonces todo volverá a la ¨normalidad¨, ¡que ilusa soy! Fantaseo con cosas que jamás habrán de pasar a ver si así un poco logro sanar.

Estoy en la etapa de la negación, de no aceptar lo que pasó y no sabes cuánto anhelo que llegue pronto a mí la resignación. Sé que la vida es un viene y va de personas, sé que debemos aprender a soltar, que de las experiencias se aprende y que el dolor al final solo te hace más fuerte y que nunca debemos mendigar amor, pero hoy mi corazón no entiende de razón, él lo único que desea es volver a tener tu amor.

¡Pero de que amor estoy hablando! Si cuando se ama de verdad no se daña como tal. Maldita sea la hora en que me enamoré de ti y me acostumbre así, maldito cada día a tu lado, maldito cada beso dado y maldita la noche en que nos entregamos. Maldito tú por romper mi corazón, ese corazón que te dio tanto y un día inesperado demostraste que no te importaba tanto. Maldito por ser el causante de mí llanto, por continuar en mis sueños y estar haciendo de mis días un infierno.

Maldito y mil veces maldito mi corazón, por entregarle su amor, a un perdedor. Y al final yo perdí, porque me acostumbre… a ti.

Autor: Stepha Salcas  (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

Ella no se hizo ¨cabrona¨, la hicieron.

¿Y a quién no le ha pasado que llega a enamorarse tanto que tarde o temprano termina desconociéndose? Y es que hay amores que para bien o para mal, terminan transformándote. Y ella que pensaba que lo mejor era el amor, un día inesperado todo cambió.

Cuando se enamoró comenzó a cometer cada vez más errores. Amaba como debía amarse a ella misma; profunda e intensamente. Lo daba todo a manos llenas y a cambio no recibía nada, pero tenía la esperanza de que un día todo cambiara. Permitió incluso no ser prioridad e incluso se llegó a conformar con lo poco que supuestamente le podían dar. Nunca le falló a esa persona, se entregó completamente y al final la dejaron hecha pedazos.

Ella siempre fue de las que sabía amar de verdad, de esas mujeres que no temen entregarse enteras, de las que saben con detalles conquistar, las que regalan dulces palabras y con mensajes que empalagan. Ella fue de las que se preocupan por las personas que ama. De las que van por ahí repartiendo sonrisas, tiempo y amor. Pero un día el libreto cambió, le rompieron una y otra vez el corazón y dejó de creer en el amor.

Pasó que comenzó a elegir mal, volvía a su pasado convencida de que las cosas un día cambiarían. Perdonó una y otra vez, confiaba ciegamente en el amor y se topó con uno y otro perdedor. Continuaba entregándose plenamente aun cuando todavía no sanaba sus heridas. Tal vez por soledad o el qué dirán, aceptó amores pasajeros, baratos, de una noche, amores que lo único que hicieron fue romperla más. Perdonó traiciones, curó corazones y al final, se rompió totalmente, se ahogaba en su propio llanto, terminó sin sonrisa y con la esperanza fallida. Su mirada no brillaba más. Llegó a odiarse tanto por fallarse una vez más, una vez más que juró a si misma que sería la última vez. Y así fue que se convirtió en otra mujer. Le costó mucho levantarse nuevamente y reconstruirse. Se volvió fría, seca e insensible. Se prometió no volver a llorar. No volver a sentir ninguna emoción. No volver a abrir su corazón.

Nadie sabe lo que hay detrás de una persona que no muestra sensibilidad. Una persona que no demuestra interés. Que finge no saber amar. Una persona fría que se niega a que la lleguen a enamorar. Una persona que huye del amor. Y es que tan solo creen que tuvo una mala experiencia en el amor.

Stepha Salcas

Eran muchas las traiciones, las decepciones y los dolores, eran muchas las mentiras y los engaños, no era solo una mala experiencia, eran un sinfín de cosas que ella no merecía porque siempre había entregado su corazón de la manera más sincera, fiel y leal, pero al final, solo le pagan con traición y dolor, pasaba a ser la segunda opción. La persona que reconstruía, pero a la cual destruían.

Y ahora la nueva mujer en la que se convirtió es apodada ¨cabrona¨ por aquellos que no saben su historia. Esa misma mujer es la que no pretende volverse a enamorar, la misma que ya no confiará ni se volverá a entregar. Y es que una vez que se deposita toda la confianza y que se ama de la manera en que ella amaba y te lastiman, difícilmente puedes volver a ser la misma. Ella ya no se arriesga, ya no cree, ya no se la juega.

Ahora su corazón está protegido con muros, no es mala, simplemente continúa lastimada. Su pasado le continúa pesando y sus heridas aún no han cicatrizado. No importa cuánto la señalen y critiquen, cuanto la tachen de ¨insensible¨, es fácil juzgar pero difícil indagar sobre la historia de alguien. Pocos saben la mujer que es en verdad y la gran capacidad que tenia de amar.

Y aunque ella se llegue a entusiasmar, difícilmente en el juego caerá, su miedo continúa siendo muy grande, el dolor y los recuerdos no permiten que ella avance, ¡huye como la peor de las cobardes! O tal vez es valentía de más, pues teme que alguien eche abajo lo que con tanto esfuerzo logró levantar.

En el fondo, ella continúa siendo la mujer que alguna vez fue, pero está tan dañada que de ella ya no quiere saber. Y a costa de su felicidad ha puesto la libertad y la soledad, aun cuando muy en el fondo anhele volverse a enamorar. Y es que ella otra cara ha de mostrar; siempre fuerte e independiente, segura de sí misma, desinteresada y rebelde como ninguna otra, soberbia y orgullosa pero nunca la misma tonta. Y ahora falsamente es ¨feliz¨, y ahora va por ahí mostrándose así; una cabrona por fuera y por dentro un alma rota que solo tiene miedo.

Ella merece darse una nueva oportunidad y quizás algún día lo haga, quizás cuando aparezca un hombre de verdad que logré derribar todos los muros que puso en su corazón y la haga creer nuevamente en el amor. Un hombre que con paciencia y su amor, la ayude a volver a ser la mujer que alguna vez fue.

Autor: Stepha Salcas (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

Ella era escarcha, pero en alguna parte del mundo se encontraba el sol que la derretiría

Ella era fría y no precisamente por falta de sentimientos sino por todas las decepciones que le habían tocado vivir. Muchos solían decir por ahí, que la soledad y la amargura habían endurecido su corazón y es que nadie se detenía a indagar en su interior. Su carcasa no los hacía sospechar, que ella había amado antes y que su capacidad para hacerlo era impresionante, incluso deseaba volverse a enamorar pero de un hombre de verdad que le quisiera amar.

Algunas personas piensan que el amor falla y duele pero no es así, quienes fallan son las personas que no saben amar o no están preparados para el amor y lo que duelen son sus acciones. El amor es el mejor sentimiento que puede existir pero lamentablemente muchos son incapaces de sentir. Y a decir verdad uno no puede atribuirles a los demás las decepciones, el error fue de ella porque dejaba entrar a cada patán a su corazón sin que estos hicieran el mínimo esfuerzo.

En el pasado ella era de esas mujeres que dan todo a manos llenas. De esas manzanas que están en lo más alto del árbol y que solía mirar como nunca era elegida, solo las que solían estar más debajo. Se preguntaba una y otra vez si algo estaba mal con ella, cuando la realidad es que no, nada estaba mal, ¡ella era realmente asombrosa! Desafortunadamente su altura asustaba a todos aquellos que se acercaban. Un día erróneamente decidió bajarse para ser alcanzada con facilidad y fue elegida no una sino muchas veces. Cometió error tras error. Poco a poco rasgó su corazón y aun así continuó situándose en la misma posición, así que la escena una y otra vez se repitió.

Pocas personas entienden que el amor es de dos, ella lo hacía todo por ambos; llamaba, buscaba, conquistaba y demostraba todo su amor, a la larga se fue desgastando sin obtener nada a cambio, solo migajas. Y al final, quedó tan vacía como nunca hubiese imaginado, vacía y echa de pedazos.

Sin importar cuales fuesen sus cualidades, sus relaciones siempre terminaban igual. Acumuló muchos fracasos porque se empeñó en seguir el mismo patrón de hombre, esos que únicamente se aman a sí mismos, de los que disfrutan ser amados pero no saben amar. A esos que los supera su egoísmo, que no piensan más que en ellos mismos y que son expertos en fallar.

Y cuando más destrozada estaba, reunió fuerzas y juntó sus alas, se prometió no volverse a fallar…

Ella terminó cansada de tanto tropiezo, de tantas lágrimas derramadas y noches en vela sufriendo su amarga pena. Volvió a armar su corazón y se posicionó en lo más alto del árbol de donde nunca se debió de haber bajado.

Por noches recordó cada tropiezo y se culpaba de ello. Trabajó constante para por fin perdonarse todo lo que permitió que la hirieran. Luchó contra la rabia y el dolor de haberse entregado completa y de haber pagado un alto precio solo por no estar en soledad. Y después de perdonarse, aprendió a amarse y valorarse. Entendió que nunca hay que conformarse y menos en los terrenos del amor. Se reconstruyó ella misma y poco a poco sanó sus heridas; ella no se volvió fría por decisión sino por elección. Ella se prometió no volver a permitir que alguien la lastimara.

Ahora ella ya no demuestra más sus sentimientos aunque los sigue teniendo. Ella ya no baja su valor solo por ser alcanzada y es que ahora ella se ama. Sabe que si alguien es para ella tarde o temprano llegará y escalará hasta su lugar. Ahora ella solo aceptará a un hombre que si sepa amar, de esos que sin tocarte logran erizarte, de los que hacen vibrar tu corazón y te enamoran no con palabras sino con acciones. Ahora ella sabe que la felicidad se encuentra principalmente en uno mismo y que tal responsabilidad no se le debe atribuir a alguien más. Ahora ella ya no baja la guardia y no expone su corazón. No es la mujer de antes aparentemente pero si alguien la logra conquistar, obtendrá a la mejor mujer que no imaginó jamás.

 

Algún día ella abrirá de nuevo su corazón y se entregará por completo al amor, pero por el momento ella es escarcha, sino eres el sol que la derretirá entonces no irrumpas su tranquilidad.

Autor: Stepha Salcas  (Diario De Una Bipolar)
Derechos de Autor.

Me diste mil razones para dejarte, pero yo aun así buscaba una sola para quedarme.

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A veces juego a imaginarme cuantas mujeres estarán pasando por lo mismo que yo, a veces me gusta pensar que no estoy sola en el mundo, que no soy la única estúpida que se aferró demasiado sin razones aparentes, a veces me gustaría pensar que aquello que hice es “normal” hasta cierto punto y que hay personas que pueden compartir mi historia.

De cualquier manera eso no cambia el hecho de que me aferré a ti incluso más allá de lo que puede significar “esa promesa” que nos hicimos, promesa que solo fue cumplida por mi parte y que tú de alguna manera olvidaste de manera rápida y fortuita, dejándome sola en ese camino de espinas, en ese camino en el que el amor solo fluía en un solo sentido, en esa relación sin argumentos ni razones a las cuales aferrarse, en este mundo frío en el que tu abrazo no hacía más que potenciar mi soledad.

Que horrible se siente saber que eres la única de los dos que en realidad ama, que triste y que desesperante es incluso sabiendo eso no tener el valor para dejarlo todo atrás, que tonta te ves cuando te das cuenta de que albergabas una esperanza más vacía que el corazón de la persona a la que amabas, ¿Por qué siempre pensamos que aquello que das algún día volverá?, yo nunca vi volver una sola muestra de afecto real de ti, solo te portabas “medianamente bien” cuando comenzaba a reunir fuerzas para dejarte, solo reavivabas esa flama extinguirse, esa flama delicada que con un soplo más se iba a apagar, ¿para que?, si una vez viva de nuevo la volvías a abandonar.

Sé que yo soy más culpable de lo que tú eres, porque a pesar de tus incontables mentiras “siempre supe” que no me amabas en realidad, lo que realmente me mantenía ahí era aquello que yo misma me decía, yo fui quien realmente se engañó, yo fui quien realmente se convenció de que aún había algo a tu lado para mí, pero todo fue una ilusión que yo misma me forjé, yo me encargue de mantener esa llama encendida lo más que pude, incluso inventándome razones que de sobra sabía que no tenían un sustento.

 

Me quedé más de lo que debía, mucho más, porque mientras tú me dabas mil razones para dejarte, yo aún seguía inventándome una nueva para permanecer junto a ti, nuestra historia se extendió más de la cuenta, así que no me vengas con que quieres volver, tu nunca me amaste, yo te amé y me amé por ti, pero ya no más.

Autor: Sunky

 

Ley de la vida: el que riendo la hace, llorando la paga

Cuan irónica puede ser la vida; mirarte tocar esta puerta que alguna vez azotaste y de la que saliste con una gran sonrisa. Una y otra vez me recalcaste jamás volver, que en ella lo habrías encontrado todo y había sabido llenar, perfectamente mi lugar.

Ignoraste mis lágrimas, mismas que tontamente derramé. Mis suplicas no sirvieron de nada, por más que imploré que te quedarás, no quisiste escucharme. ¡Qué tonta e ingenua fui! Cuanta estupidez se puede hacer en nombre del ¨amor¨.

No te importó verme tan mal y rota. Ni aquellas palabras de amor que a duras penas logré pronunciar. Tus oídos se ensordecieron para mí, tu vista ya no me miraba más. Tomaste tus cosas y con mirada vencedora te marchaste. Dejando todos nuestros sueños y planes. Dejándome a mí en soledad.

Pasé días en cautiverio sin querer saber de nada y de nadie. Viví una amarga soledad y me pregunté una y otra vez que era lo que yo había hecho mal. Fueron días de descuidarme, de pensarte, de extrañarte y de mendigar amor, amor falso, ese que solo tú sabes dar.

Por días tuve la esperanza de que volvieras, de que me rescataras, que dijeras que todo volvería a ser como antes, que te perdonara, que te equivocaste. Pero los días pasaron sin novedades tuyas, derramé tantas lágrimas que no pudieses imaginar y posiblemente con ello te engrandezcas pero lo único que pretendo es anunciarte a pesar de todo logré superarte.

Ni siquiera puedes imaginar cuán difícil fue no llamarte, no llorarte, no mirar una y otra vez nuestras fotografías. Me costó mucho no buscarte y no pensarte más, no recaer cada vez que pasaba por los sitios que juntos frecuentamos y fingir frente a todos que lo nuestro ya era pasado. Me dolió como no tienes idea amarrarme el corazón para no sentir dolor sabiéndote con alguien que no era yo.

Pero dicen por ahí: ¨lo que no te mata te hace más fuerte¨, y afortunadamente tu traición no me mató, si, es verdad que me tumbó y permanecí muchos días ahí, en esa zona en la que por alguna u otra razón no quería salir. Finalmente llegué a mi límite, tarde o temprano tenía que suceder. Comencé a echar de menos a la mujer que fui y así como me caí me levanté. Con más fuerzas, con más ilusiones y más seguridad. Entendiendo que todo por alguna razón ha de pasar. Comprendiendo que si ahora no estás conmigo es porque no supiste que hacer con tanta mujer, tanta mujer que a su altura nunca supiste estar, por eso te fue más fácil engañar y dejar.

Cuando el daño estaba hecho te quisiste justificar, quizás pretendías no quedar como lo que eras: un patán. Argumentaste que la culpable de todo era yo, ¡no tienes vergüenza! Por primera vez en tu vida hubieses asumido las consecuencias de tus actos, fajarte los pantalones y aceptar, que eres un hombre muy inestable, un inmaduro que no razona lo que hace, que no valora a la persona con la que está.

Mi poco amor propio hizo que una vez más te rogara, haciéndome perder totalmente mi dignidad. Pero la situación me rebasó: me dejaste como otoño pero renací como la primavera. Logré aprender a amarme y valorarme, a ya no creer más en las palabritas de cualquiera. Ahora tengo más seguridad en mi misma y mejor autoestima. Ahora aunque tengo pasado, este ya no me hace más daño… Hoy solo tengo unas inmensas ganas de volver a amar y de volverme a entregar.

Y ahora que me ves bien, vienes y me hablas de ti, que no lograste ser feliz, que no has podido olvidarme y que has pensando en recuperarme. Que puedo decirte que no sepas ya. Te fuiste asegurando que no habrías de regresar. Y te creí y para mi sorpresa ahora estas aquí. ¡Demasiado tarde ya!, aunque el lugar que dejaste sigue vacío es imposible que lo puedas recuperar y es que te he dejado de amar. No mereces ni necesitas a alguien como yo a tu lado. Alguien que te amé y te respete, que te valore, que camine en las buenas y en las malas de tu mano. ¡Eso no lo mereces!

No me resta más que decirte que en mí no cabe ni la más mínima pizca de rencor, el dolor ha quedado superado y pisado ha quedado por ti mi amor. Si, te he perdonado y no precisamente por ti sino por mí. Y es que tengo la certeza que después de la tormenta la calma habrá de llegar, y sé que alguien bueno sabrá ocupar perfectamente tu lugar.

Ahora no me interesa saber más de ti, precisamente por donde llegaste es por donde te puedes ir. Ahora le agradezco a ella el haberme quitado a alguien tan poco digno de merecer. Ahora si no eres dichoso, la culpa es tuya pues dicen por ahí que el que riendo la hace, llorando la paga y la que lamenta y llora hoy, te aseguro no soy yo.

 

¿Y aquella sonrisa llena de triunfo en dónde quedó? Ahora compruebas que para el amor, eres un perdedor.

Autor: Stepha Salcas (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

Te la pegas de ¨cabrón¨ y terminas siendo un perdedor

Los hombres de verdad, no juegan con muñecas ni rompen corazones

Y ahora es que recuerdas cuando la buscabas de manera insistente, le endulzabas el oído con palabras hipócritas y llenas de falsedad, le hacías mil promesas que nunca habrías de cumplir y cariños que ni de loco, podrías sentir. La hechizaste, la convenciste y la devoraste, su ingenuidad la hizo ser presa fácil. La envolviste con tus encantos y le mostraste tu mundo, le hiciste creer que ella también ahí podía pertenecer pero ¡no! Tú no la querías ni pensabas serle fiel. Solo la hiciste sentir parte de todo por placer; la llenaste de mensajes, llamadas y palabras dulces, la hiciste sentir especial y le bajaste las estrellas a sus pies y ¿para qué? para que si con ella no te pensabas establecer, si al final de cuentas terminaría descubriendo que solo era una más de tu lista, te faltó decirle que aquellas palabras se las decías a otras más y que el aferrarte a conquistarla solo era parte de tu malvado plan.

¿Acaso se sintió bien enamorarla y dejarla? ¿Acaso eso te hizo sentir más hombre? Pero al final de cuentas tu que te las pegabas de cabrón terminaste demostrando ser todo un perdedor, de esos que no merecen el perdón.

¿Recuerdas como la provocaste, la sedujiste y la hiciste a tu manera? Pero se te olvidó decirle que en tu cama ella era una más… si, una más con la que te acostabas, a la que engañabas y con la que jugabas. Una más a la que le hiciste falsas caricias y tontas promesas, una más a la que elevaste al cielo y apenas te aburriste la dejaste caer, una más que lograste estuviera a tus pies y cuando lograste… una más a la que ya no quisiste volver a ver.

Por un tiempo atendiste sus llamados y la buscaste a diario pero se te pasó decirle que tarde o temprano te habrías de enfadar y sus llamadas ignorar. Se te pasó el detalle de confesarle que eres un cobarde, que ella no te gustaba tanto y que en realidad, nunca te habrías con ella de estacionar, que tu vida era así; andar por ahí de picaflor y que en definitiva nunca creerías en el amor. Se te olvidó decirle también, que no había nada de malo en ella, que en realidad todo lo malo estaba en ti, que te hacía falta madurar y aprender a amar. Pero no, te dedicaste a hacerla sentir única mientras era una más en tu larga lista de ilusas, de esas a las que enamorabas, usabas y desechabas apenas te pasaba la sensación como quien tiene un nuevo juguete y después de un tiempo pierde la diversión.

¿Por qué nunca te a sinceraste y le confesaste que solo jugabas?  A algunas mujeres también les gusta jugar, incluso en ocasiones se saben divierten aún más cuando tienen claro que no se deben enamorar. ¡Pero demostraste que nos los tenías bien puestos! No te cansaste de jugar al amor y pretender ser el ganador. Jamás pudiste dejar tu egoísmo a un lado, fuiste tan egoísta que solo pensaste en ti sin importarte cuanto la habrías de herir. Sin importar tu edad, continuaste pensando cuan valioso era el placer carnal. Nunca te permitiste sentir, tú sólo sabes de herir y huir.

Y después de pegártelas tanto de Don Juan, de hacerla sufrir y llorar, después de mostrarle su suerte y desaparecerte, después de llamarte día y noche, de suplicar volver a saber de ti, de pasar noches en vela esperando tu regreso y de necesitarte por días completos, finalmente te superó, si mi amigo, ¡ella logró dejarte atrás! Logró pasar la página y en ti no volver a pensar. Tú le enseñaste lo que definitivamente no quería más en el amor y de manera inesperada apareció alguien que se ganó su corazón. Él ha sabido llenar perfectamente tu lugar, con dulzura, detalles y verdad, ha logrado llegar en donde tú nunca debiste estar.

Y ahora es que recuerdas cuánto daño le hiciste, ahora es que la ves con esos ojos que nunca quisiste. Ahora no puedes con los cargos de conciencia, ahora la buscas para verla de lejos aunque ella no te vea. Ahora te duele el ¨corazón¨ al saber que a otro le entrega su amor. Ahora recuerdas aquellas noches en que te entregó su piel y tú solo buscabas placer. Ahora lamentas tu gran estupidez pero ya es tarde porque ahora ella está con un hombre de verdad, esos que si saben valorar y amar a una mujer, una mujer que tú nunca habrás de merecer.

Ahora ella es feliz y tú, que te las pegaste de cabrón, demostrarte ser todo un perdedor que no sabe de amor…

Ninguna mujer es una muñeca con la cual pueden jugar. Tampoco son un trofeo y todo en su debido momento se habrá de regresar. Quien la hace hoy, la paga mañana. ¿En verdad vale la pena no hacer las cosas bien por un momento de placer?

 

Autor: Stepha Salcas (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

Fui la mujer perfecta para el amor equivocado

Al final de cuentas decidimos no arriesgarnos y todo por pensar que no era el momento adecuado pero ¿acaso para vivir el amor existe un momento exacto?

Hoy lo pienso y aun me lamento, desearía regresar el tiempo atrás para haberte conocido en otro momento, en otra situación, otras circunstancias o tal vez en otra vida. Quisiera regresar y estacionarnos justo en el momento en que ambos deseáramos amar y entregarnos totalmente, momento en que tu libertad no fuese lo mejor para ti, momento en que nuestras alas desearan reposar para así juntos poder estar. Pero, quien sabe, quizás la vida nos encuentre en otro momento y nos permita vivir esta historia de amor que por cobardía tal vez sólo tuya no se dio.

Sé que todo pasa por una razón pero ¿por qué no se pudo dar lo nuestro? Desearía saberlo precisamente en este momento y así por fin sentir paz en mi corazón. Confío en que pronto todo se acomodará en su lugar, en el verdadero, aun cuando por el momento no has podido quedarte en el mismo sitio que yo por alguna u otra razón que apenas tú sabes si es verdad. Me duele pensar que tal vez al final solo no me has querido lastimar porque nunca te nació quererme como te estoy queriendo yo. Sin embargo, me quedo con la satisfacción de que al menos lo intenté, intenté empaparte de lo que yo sentía, intenté hacerte diferentes los días y la vida, intenté ser aquello que tú querías, claro, sin perder mi esencia, pero lo intenté. Y sabes, valió la pena intentarlo.

Pase lo que pase de tiempo, sé que habré de recordarte, si, lo haré con cariño, agradecimiento por todo lo que me enseñaste y me hiciste vivir y quizás todavía con amor, ese amor del bueno, del puro y sincero, de ese que por ti siento yo. Que no te quede duda de que jamás he de sentir odio o rencor por ti, aunque no fue nuestro momento, dicen que si algo te hizo feliz entonces valió la pena y verdaderamente ha sido así. Para mí no eres un error, quizás una lección si, si me la merecía o no, el tiempo me lo dirá pero por hoy, quiero recordarte y sonreír, recordarte bonito como espero que tú me recuerdes a mí. Yo me quedo con la tranquilidad de haberte querido con todo mi corazón y de haber hecho todo lo que hice, por amor.

Ahora no puedo más que lamentarme no ser yo a quien le habrá de tocar tu mejor versión y es que sé que estás destinado a ser un hombre maravilloso. Lamento ser la mujer correcta para el hombre equivocado. Y lamento también, que no me hubieses llegado a querer, no lo suficiente, no lo demasiado como para intentarlo a mi lado y todo porque según tú, no era el momento indicado. Lamento también, haber sido el conducto para que obtuvieras más ¨experiencia¨, que definieras que el amor se hacía con el cuerpo y no con el alma. Esa ¨amiga¨ a la cual decías ser perfecta pero no lo suficiente para llenar tus expectativas y que te arriesgaras a mi lado.

No se necesita ser un experto para darse cuenta de que aun eres un niño, un niño con el que quería crecer y quedarme, aprender a su lado y descubrir todo lo maravilloso que puede llegar a ser el amor, sin embargo, no me fue posible, y es que hubo acciones tuyas que me pidieron casi a gritos que te dejara ir, que necesitabas vivir, crecer, pero sin que yo estuviera presente en ese proceso y entonces sin más, te dejé ir y es que a veces el amor también se demuestra así… dejando en libertad.

Y ahora no me queda más por decir o tal vez si pero ¿Qué caso tiene decirle palabras de más a alguien que no quiere escuchar? A alguien que por miedo, cobardía o simplemente porque no le nació, ni siquiera me intentó amar. Ahora no sé qué sigue después, tal vez levantarme, reconstruirme y abrir mis alas otra vez, volar a un sitio lejos de ti, intentar nuevamente ser feliz y cuando aparezca un nuevo amor, no pensar si es el momento o no, simplemente vivirlo y ya.

Y es que no quiero volver a ser la mujer perfecta para el hombre equivocado…

Autor: Stepha Salcas (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.

No estoy soltera, estoy saliendo conmigo misma; me invito a comer, me compro ropa y me amo.

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Aún recuerdo la desesperación que sentí cuando decidiste dejarme, como fue que toda esa realidad me aplasto y me cambio la vida, aún recuerdo como me encogía en mi habitación solo recordando aquellos momentos que para mí fueron “los mejores de mi vida”, porque realmente eso significaban para mí, al menos en ese tiempo.

En ese entonces no entendía que el amor propio es la raíz de todos los demás amores, que nadie puede amarte más allá de lo que ya te amas, y que al mismo tiempo no puedes buscar en alguien aquello que a ti te hace falta, pero fuiste mi placebo perfecto, fuiste aquella anestesia que me hizo olvidar mi dolor, al menos por una corta etapa, por eso “creía” que te amaba, por eso “me hacías tanta falta”, porque de ti tomaba aquello que tenía que salir de mi interior. Pero fue en el momento preciso de tu partida cuando me di cuenta de que estaba vacía, “no porque te llevaras algo de mí, sino porque yo misma no era un ser completo y auto suficiente”.

En algún momento logré comprender que mi sufrimiento derivaba de la falta de amor que me tenía, hice las pases conmigo, me perdoné por mis errores incluso por aquellos que creía que nadie más era capaz de cometer, y de pronto la vida se abrió nuevamente a mí, volví a sentirme completa, llena de vida, de energía, de amor, me sentía contenta con la imagen que veía en el espejo, me sentía orgullosa de ser yo, es curioso, pero cuando aprendes a amarte es como si los demás recibieran un mensaje en su mente de que ahora eres alguien digna de amar.

Muchas personas que en algún momento se alejaron de mi volvieron como si nada hubiera pasado, deseando pasar el tiempo junto a mí, fueron bastantes incluso hubo algunas que nunca creí volver a ver, y tú eres una de esas ultimas que he mencionado, llegaste tratando de disimular, haciendo ver como si todo este tiempo que te fuiste nunca hubiera pasado, llegaste hablándome con mucha confianza y con mucho cariño, como si nunca me hubieras abandonado y como si nunca me hubieras despreciado.

Creo que te sentiste con “buenas posibilidades” porque creíste que estaba sola, pero no lo estoy, estoy conmigo misma, gozo de la mejor de las compañías, cuento con la única persona que jamás me va a abandonar, cuento conmigo, y es conmigo que ahora quiero estar por un tiempo más, estoy dándome el gusto de complacerme, de comprarme lo que quiero, de ir a los lugares que siempre quise y que tu no querías, he renacido como alguien nueva, pero eso no quiere decir que olvide a quienes me hicieron a un lado, y lamento decirte que de todas las personas que han vuelto a mi vida, eres el ultimo al que quiero volver a tener junto a mi

Autor: Sunky

Y si pretendes estar con cualquiera, mejor quédate para siempre soltera

La felicidad no depende de con quien estamos, depende de lo que somos, así que si no eres feliz por tu cuenta no pretendas hallar otra cosa afuera. Estar en paz con uno mismo es el primer paso para estar en paz con la humanidad. ¡Que viva la soltería!

 A decir verdad me encanta la libertad, esa de poder decidir por mí sin pensar que le hago un mal a alguien más. En algún momento todos necesitamos un tiempo para estar a solas, conocernos mejor, aceptarnos, perdonarnos errores del ayer, reconstruirnos y volar; explorar y llegar tan lejos que un día por fin decidas aterrizar y este es mi momento, el momento de volar, de elegir como vivir, con quien, cuando y a donde salir, como vestir, bailar y hablar, si tropezarme por ahí y con quien habré de experimentar.

Hoy por hoy no le rindo cuentas a nadie y eso es lo mejor, ¿qué les ofende mi forma de vivir? Discúlpame pero nadie nació con un manual, venimos a este mundo a ser felices, no perfectos. Ahora me habré de enfocar tan solo en mí, quiero saborear cada momento que me da la libertad, quiero aventurarme a lo desconocido, sobrepasar mis límites, superar mis miedos y reinventarme, hacer de mí la mejor versión pero por exigencia mía, no de alguien que me lo pida. Y si en dado caso las cosas resultan mal, aprenderé, lo sé, las criticas ya no me importarán porque si algo es cierto es que lo hagas bien o lo hagas mal, a la gente jamás complacerás y si a alguien debo de complacer, es a mí y a nadie más.

Ahora cada día será una nueva oportunidad para ser feliz, sé que en algún momento habrá días malos pero estos duran lo que la oscuridad de la noche si sabes afrontarlos… tarde o temprano termina resplandeciendo el sol.

Ahora el caerme no será considerado un fracaso, será un aprendizaje que disfrutaré y me levantaré pero con más fuerza cada vez.

 ¿Por qué hay quienes piensas que la soltería es una enfermedad? Al menos yo no quiero curarme en un buen tiempo. Amé hasta al grado de sentir que fracturaron cada uno de mis huesos cuando esa persona a la que le di todo mi amor me rompió despiadadamente el corazón. Confié ciegamente y me mintieron, incluso mirándome a los ojos. Soporté un sinfín de cosas y me justifiqué en nombre del amor, ignorando que en realidad no me amaba ni siquiera yo y es que tendemos a aceptarlo y perdonarlo todo pero por fortuna todos tenemos un límite y el mío terminaron sobrepasándolo, ahora me encuentro aquí proclamándome feliz por mí y para mí. Ahora es que entiendo que si uno consigo mismo no puede ser feliz, tampoco lo habrá de ser con alguien más, ¿por qué atribuirle a alguien algo que nos toca a nosotros?

Ahora cada día me paro frente al espejo, le digo cuanto le amo y le agradezco a esa persona que miro frente a mí por todo lo que ha tenido que pasar. Todas las veces que tomó decisiones erróneas, las veces que luchó, las lágrimas que derramó y el hecho de que nunca se rindió. Ahora es que entiendo el concepto de ¨amor propio¨ y me prometo una larga, estable y fiel relación conmigo misma sin importar que muchos piensen que soltera es sinónimo de sola, esas personas aún no acaban de comprender que un querer no lo es todo, ¿y la familia, y los amigos y yo misma? Definitivamente estoy rodeada de muchísimas personas.

Este tiempo conmigo misma, este tiempo en ¨soledad¨, en una relación con mi soltería, no me define como amargada o frustrada, si, es verdad que me fallaron mucho aun cuando lo di todo pero yo soy de la idea de que el amor nunca falla, fallan las personas y al final yo no perdí, a mi perdieron y esa es la mejor parte. ¿Para qué estar con alguien que no aporta nada bueno a mi vida? bien dicen por ahí: ¨mejor sola que mal acompañada¨.

La vida se conforma de etapas y ésta en la que estoy es por tiempo indefinido, no porque requiera andar por ahí repartiendo besos o saltando de fiesta en fiesta, simplemente creo que me lo merezco, lo necesito, requiero de espacio y tiempo para mí, para amarme y valorarme como nadie más lo hará, así cuando vuelva a elegir estar con alguien más, sabré que es en realidad lo que busco, lo que quiero y lo que merezco, no me conformaré con migajas, amores a medias o personas que no saben amar. Buscaré a alguien que sepa entregarse como yo, en su totalidad.

Ahora no me queda más que reír de quien me mira por ahí y me observa de pies a cabeza buscando en mí el defecto que supuestamente ellos a los hombres aleja, cuando alguien vuelva a estar conmigo será porque lo habré elegido yo, porque si, efectivamente estamos para elegir y no para que nos elijan, ¡no somos opción!

 Y si pretendes estar con cualquiera, mejor quédate para siempre soltera

Basta de perdonar infidelidades, de justificaciones y pretextos tontos, basta de pobrecitar a los hombres, porque el ¨es que si me ama pero…¨, ¨es que me ha prometido…¨, ¨es que pobrecito le ha ido mal…¨, es que, es que definitivamente merecemos mucho más, ya no he de caer en una relación que me de tan poco que lo único que me quede sea sonreír de dientes para fuera mientras en el fondo muero silenciosamente. TODOS tenemos un pasado pero también todos tenemos la obligación de superarlo y volver a empezar, ningún presente debe de pagar los errores del ayer.

Ahora no me queda más que romper cadenas, superar miedos, decirle adiós a mi pasado y cerrarle la puerta. Soñar menos y vivir más y hacer todo aquello que solo había podido imaginar; amarme, valorarme y enamorarme todos los días pero de mi misma. Ahora he de superar cada obstáculo con más valentía y si me caigo, me levanto con más fuerza que finalmente los golpes siempre son los que más nos enseñan.

Ahora comienzo a curarme las heridas y a reparar mi corazón. Me haré amiga de la soledad porque sé que ella me aconsejará mejor. No buscaré ni esperaré el amor, sé que tarde o temprano tocará mi puerta, el amor verdadero siempre llega solo, sin anuncios y sin precipitaciones, justo cuando no lo esperas. Y como me lo merezco me daré la oportunidad de sentirlo y vivirlo, pero he de recordar que no me reinventé para estar con cualquiera sino con alguien que en verdad me quiera.

¨Demasiadas mujeres se lanzan al romance porque tienen miedo de estar solas, luego empiezan a hacer compromisos y perder su identidad. Yo no volveré a hacer eso¨.

Autor: Stepha Salcas (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.