Yo daba todo por vos y al principio recibí lo mismo, pero luego tu personalidad cambio.

0
15710

Luego de un año lleno de amor y risas en el que me enseñaste que es dejar todo por la otra persona comenzamos a pelear, todas las noches por motivos diferentes, comenzaste a decirme cosas hirientes que nunca imagine que dirías, porque simplemente tu no eras así y nunca te imagine de esa manera.

Lentamente mi amor crecía y el tuyo se desvanecía, yo daba todo por vos y al principio recibí lo mismo, pero luego tu personalidad cambio, te desconocí completamente cuando comenzaste a ignorarme, a dejar los detalles, a dejar caer lo que teníamos. Me costó mucho el entender que ya no era lo de antes, que tu cambiaste y aunque yo también cambie mi amor por ti nunca cambio.

Una noche de charla entre amigas lo logre entender, después de tener la misma charla miles de veces comprendí lo que pasaba, yo sola no podía llevar una relación a flote cuando debería ser de a dos, porque si tu amor se fue yo no podía forzarlo a volver. Ese día junte el valor y te mande el mensaje, ese que nunca pensé que te mandaría, «tenemos que hablar», recibí lo mismo que había recibido todo este tiempo, rechazo.

Te dije que necesitaba un poco más de atención a nuestra relación si querías seguir ya que en el último tiempo la habíamos descuidado, te reíste diciendo que vos nunca cambiaste y que si me sentía mal era mi culpa, ya nada te importaba, mientras que yo no paraba de pensar en nosotros y como salir adelante vos pasabas bien con amigos, disfrutabas y no pensabas ni un poco en mi. Deje en claro intentando no llorar que si las cosas no cambiaban me iba a ir, iba a abandonar todo lo que habíamos construido por casi dos años y no te importo ni un poco, me encontré deseando un voy a cambiar por vos o un no me dejes cuando recibí un «Ándate, yo no tengo problema».

Me encontré en un pozo, llorando y sufriendo por lo que perdimos, llego un momento que ya ni lo hablaba, sentía que tanto hablar de un mismo tema molestaba. Todas las noches abría tu foto y la miraba sin parar mientras juntaba fuerzas para seguir adelante, para no volver a llamarte y pedirte que vuelvas porque tenía claro que iba a pasar lo mismo, cambiaste y yo lo tenía que aceptar.

Un día volviste a escribir y te respondí, cuando ya casi se me pasaba este bajón emocional en el que nuestra relación me metió. Y la historia se repitió, yo dando todo y tu nada, otra vez lo mismo, estaba tan enojada conmigo misma por permitirte lastimarme de nuevo.

Hasta que hoy estoy bien, puedo decir que no te guardo rencor porque tú me enseñaste que todo se supera y que si estas en algo que hace mal es preferible salir que quedarse. Estoy en condiciones de decir que si vuelves te rechazo, estoy lista para empezar una relación nueva, estoy segura de que finalmente voy a encontrar a alguien que me respete, que me quiera de verdad y si no voy a ser feliz, yo puedo estar bien sola.

Estoy feliz de decir que finalmente, estoy bien

Por: María Renarra