Ella no se hizo ¨cabrona¨, la hicieron.

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¿Y a quién no le ha pasado que llega a enamorarse tanto que tarde o temprano termina desconociéndose? Y es que hay amores que para bien o para mal, terminan transformándote. Y ella que pensaba que lo mejor era el amor, un día inesperado todo cambió.

Cuando se enamoró comenzó a cometer cada vez más errores. Amaba como debía amarse a ella misma; profunda e intensamente. Lo daba todo a manos llenas y a cambio no recibía nada, pero tenía la esperanza de que un día todo cambiara. Permitió incluso no ser prioridad e incluso se llegó a conformar con lo poco que supuestamente le podían dar. Nunca le falló a esa persona, se entregó completamente y al final la dejaron hecha pedazos.

Ella siempre fue de las que sabía amar de verdad, de esas mujeres que no temen entregarse enteras, de las que saben con detalles conquistar, las que regalan dulces palabras y con mensajes que empalagan. Ella fue de las que se preocupan por las personas que ama. De las que van por ahí repartiendo sonrisas, tiempo y amor. Pero un día el libreto cambió, le rompieron una y otra vez el corazón y dejó de creer en el amor.

Pasó que comenzó a elegir mal, volvía a su pasado convencida de que las cosas un día cambiarían. Perdonó una y otra vez, confiaba ciegamente en el amor y se topó con uno y otro perdedor. Continuaba entregándose plenamente aun cuando todavía no sanaba sus heridas. Tal vez por soledad o el qué dirán, aceptó amores pasajeros, baratos, de una noche, amores que lo único que hicieron fue romperla más. Perdonó traiciones, curó corazones y al final, se rompió totalmente, se ahogaba en su propio llanto, terminó sin sonrisa y con la esperanza fallida. Su mirada no brillaba más. Llegó a odiarse tanto por fallarse una vez más, una vez más que juró a si misma que sería la última vez. Y así fue que se convirtió en otra mujer. Le costó mucho levantarse nuevamente y reconstruirse. Se volvió fría, seca e insensible. Se prometió no volver a llorar. No volver a sentir ninguna emoción. No volver a abrir su corazón.

Nadie sabe lo que hay detrás de una persona que no muestra sensibilidad. Una persona que no demuestra interés. Que finge no saber amar. Una persona fría que se niega a que la lleguen a enamorar. Una persona que huye del amor. Y es que tan solo creen que tuvo una mala experiencia en el amor.

Stepha Salcas

Eran muchas las traiciones, las decepciones y los dolores, eran muchas las mentiras y los engaños, no era solo una mala experiencia, eran un sinfín de cosas que ella no merecía porque siempre había entregado su corazón de la manera más sincera, fiel y leal, pero al final, solo le pagan con traición y dolor, pasaba a ser la segunda opción. La persona que reconstruía, pero a la cual destruían.

Y ahora la nueva mujer en la que se convirtió es apodada ¨cabrona¨ por aquellos que no saben su historia. Esa misma mujer es la que no pretende volverse a enamorar, la misma que ya no confiará ni se volverá a entregar. Y es que una vez que se deposita toda la confianza y que se ama de la manera en que ella amaba y te lastiman, difícilmente puedes volver a ser la misma. Ella ya no se arriesga, ya no cree, ya no se la juega.

Ahora su corazón está protegido con muros, no es mala, simplemente continúa lastimada. Su pasado le continúa pesando y sus heridas aún no han cicatrizado. No importa cuánto la señalen y critiquen, cuanto la tachen de ¨insensible¨, es fácil juzgar pero difícil indagar sobre la historia de alguien. Pocos saben la mujer que es en verdad y la gran capacidad que tenia de amar.

Y aunque ella se llegue a entusiasmar, difícilmente en el juego caerá, su miedo continúa siendo muy grande, el dolor y los recuerdos no permiten que ella avance, ¡huye como la peor de las cobardes! O tal vez es valentía de más, pues teme que alguien eche abajo lo que con tanto esfuerzo logró levantar.

En el fondo, ella continúa siendo la mujer que alguna vez fue, pero está tan dañada que de ella ya no quiere saber. Y a costa de su felicidad ha puesto la libertad y la soledad, aun cuando muy en el fondo anhele volverse a enamorar. Y es que ella otra cara ha de mostrar; siempre fuerte e independiente, segura de sí misma, desinteresada y rebelde como ninguna otra, soberbia y orgullosa pero nunca la misma tonta. Y ahora falsamente es ¨feliz¨, y ahora va por ahí mostrándose así; una cabrona por fuera y por dentro un alma rota que solo tiene miedo.

Ella merece darse una nueva oportunidad y quizás algún día lo haga, quizás cuando aparezca un hombre de verdad que logré derribar todos los muros que puso en su corazón y la haga creer nuevamente en el amor. Un hombre que con paciencia y su amor, la ayude a volver a ser la mujer que alguna vez fue.

Autor: Stepha Salcas (Diario De Una Bipolar)

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