Él solo se inspiró para dar la estocada final

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Y ahora me dolía tanto el corazón que no entendía porque decían que nadie muere de amor…

Mi pecho pulsaba diferente, mis pupilas se encontraban dilatadas, mi cabeza era una revolución de pensamientos que no me permitían sentir calma.

Sabía de sobra lo que se avecinaba… lo había vivido tantas veces pero cada vez que sucede nuevamente es un poco más fuerte, más doloroso, más deprimente.

Le había contado la historia de cada cicatriz para que no me causara ninguna herida más, pero él solo se inspiró para dar la estocada final. Él no es malo (lo continúo justificando), simplemente creo que nos encontramos a destiempo, tal vez él no estaba preparado para nada serio o tal vez tristemente yo no era la mujer de sus sueños.

Y entonces me preparo porque sé que sin él vienen días malos… días en los que no querré salir de mi cama, días en los que buscaré su olor entre mis sábanas, me aferraré a las almohadas como si fueran su cuerpo, incluso extrañaré sus ronquidos y como por las madrugadas me estrujaba el cuerpo.

Echaré tanto pero tanto de menos las actividades que hacíamos juntos, el reír, pelear, tontear y compartir de vez en cuando el desayuno. ¿Mis fines de semana? por Dios, serán un caos total, debo admitir que cada segundo se clavará en mi cuerpo como una espina mortal.

Lo extrañaré, estaré tentativa a enviarle un mensaje, saber si quizás me ha pensado, si me ha extrañado o cómo se encuentra sin mí a su lado, pero… no lo haré, ¿qué caso tendría volver a donde no te quieren? tal vez él se encuentre mejor que yo y de verdad deseo que así sea, ¿cómo poder desearle mal a quien quieres con todas las fuerzas de tu corazón?, eso es imposible.

Alucinaré con su sonrisa pícara, sus carcajadas provocadas por las cosquillas, cada gesto, cada mueca, cada mirada y cada latido de su corazón. Desearé volver a olerlo, tocarlo, recorrer su piel y su cicatriz con las yemas de mis dedos, fantasearé con cada uno de sus tipos de besos, con sus manos en mi cuerpo y las locuras que hicimos en cada encuentro.

Vienen días llenos de recuerdos… anhelos, planes y sueños que se han ido a la basura. Me torturaré viendo nuestras fotografías, releyendo sus mensajes, recordándolo aunque intente olvidarle. Me hundiré yo misma y no querré saber de nadie, dejaré de frecuentar personas y lugares, me cortaré las alas y dejaré que libremente mi corazón sangre… y cuando más hundida me encuentre en mi propia miseria, cuando me ahogue con los recuerdos y anhelos que ya no se volverán realidad… entonces, sólo entonces tal vez decida levantarme y continuar pero el puto destino es tan cruel que sé, me hará una jugada fatal… lo pondrá frente a mí y no sabré que hacer o decir, o peor aún, tal vez lo vea con alguien más… alguien más que estará ocupando mi lugar y entonces, tendré dos opciones: dejarme caer otra vez o terminar de comprender que hay amores que por más empeño que pongas, simplemente no pueden ser. Aceptar su felicidad, aunque esta no sea yo, tomar todas las piezas de mi corazón y armarlo… armarlo otra vez, otra vez.

¨Y ella se fue esperando que él la detuviera y él la dejó ir esperando que ella volviera¨…

Autor: Stepha Salcas  (Diario De Una Bipolar)

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