Y ahora los dos somos ajenos, él de ella y yo del viento

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Los amores verdaderos, los buenos, los intensos, esos que te calan la piel y sacan chispas de pasión a tu ser, esos jamás terminan juntos, porque al final, los finales felices son exclusivos de las películas románticas, no de la vida real..

Él terminó con la tía que más le «convenía», esa que le iba bien porque será buena ama de casa y tal vez una excelente madre.

Esa que era estable, que no tenía ataques de locura ni de ira como yo. La que siempre lo seguía y lo buscaba, incluso, cuando él me seguía y me buscaba a mí.

Esa que se le metió hasta por los ojos aun cuando su miraba me perseguía como un lobo.

La típica tía boba que navega con bandera de tonta, la que es un ¨ejemplo¨ a seguir.

Esa misma que parece desesperada por atrapar a alguien, por formalizar como si el mundo se fuese mañana a acabar.

Esa que es bien vista por sus padres, la que asiste a misa, la que no maldice y que a todo le dice «si».

Esa tía le venía mejor, ¡vaya que sí! Tremenda tonta que parece no tener voluntad ni vida propia, porque como perro faldero siempre andaba detrás de ti y al final, fue por ella que ¨perdí¨.

Terminó con ella por comodidad, por temor a que conmigo llegara a fracasar y aunque duela reconocerlo, fue mejor así.

Y yo, yo continúo por ahí, sin encontrar mi rumbo, de aventurera y soñadora, con los pies despegados del suelo porque volar es mejor. Continuo inestable, rebelde y arriesgada, sin temer a nadie y jugándomela sí o sí.

Ya nuestras vidas no coinciden en nada pero al caer la noche hay algo en común; él piensa en mí, en el torbellino que causé en él y si hubiésemos resultado o no, me lo dicen sus mensajes, esos que no habré de contestar por aquello de la tentación y yo, yo pienso en él, en la calma que me regaló y en las ganas que me causó quererme estacionar pero nunca lo pidió simplemente por temor.

«El verdadero amor no consiste en que tan iguales sean; cuando algo es de verdad, todo, incluso el agua con el aceite se pueden mezclar, basta querer, basta intentar y juntos luchar».

Quédate con quien trae tormentas y terremotos a tu mundo, esas personas SIEMPRE te regalan días diferentes.

Y ahora los dos somos ajenos, él de ella y yo del viento.

Autor: Stepha Salcas  (Diario De Una Bipolar)

Derechos de Autor.