Desde que ya no estas

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Es así como funcionamos: nos adaptamos incluso a las cosas más dolorosas, nos volvemos resistentes al dolor, a las ausencias y disfrazamos todo de nostalgia. Nos acostumbramos a tal grado que aunque aquellos sentimientos pesados siguen ahí, pareciera que se han ido a dormir.

La vida ha seguido igual desde que te fuiste, hago todas aquellas cosas que solía hacer y sonrío a diario. Pareciera incluso que aún no sé qué es tener el corazón roto, que no he sentido aquel vacío ni me han defraudado. Y es que aunque en ocasiones todavía te pienso, la mayoría del tiempo te suprimo de mi mente porque fue así como logré sacarte de mi vida. 

A final de cuentas, la culpa no fue de nosotros, fue de todas las ideas que lograron meter en nuestras cabezas; sobre el amor eterno, la miel y las mejillas enrojecidas. Quisimos ser todo aquello que veíamos en películas y libros, todo lo inquebrantable y perfecto… hasta que la realidad nos derribó. 

Hoy escribo para ti, porque posiblemente esta sea la única forma en que pueda decirte todo esto, porque no me atrevería a decírtelo de frente. Tal vez sólo a través de estas letras podrás entender cuánto te quise y tal vez todavía lo hago, aunque ya no te necesite en mi día a día.  Te escribo porque es la forma en que me permito ser débil de vez en cuando y recordar lo feliz que fui contigo.

No sé cuánto más dure esto, creo que posiblemente estoy en medio del camino al olvido o que siempre serás un recuerdo que me carcoma la piel; sinceramente si la respuesta es esta última, no me desagradaría tanto, aunque si la respuesta es la primera, me acomodaría bastante bien.

Espero que las decisiones que tomamos, hayan sido las correctas. Y si no, espero que el tiempo nos de la oportunidad de recapitular. Mientras tanto me siento tranquila y me mantengo aprendiendo todas aquellas cosas que me servirán para lograr lo que quiero.

Así te olvide o te mantenga en mi mente, espero que continúes teniendo una vida muy feliz.

Escrito por: Mayeli Tellez