Sabía que, aunque el tiempo se escurriera entre nuestras manos, lo que sientes por mí se quedaría impregnado en tus dedos; que no habría día en que algún recuerdo mío no pasara fugaz detrás de tu mirada y te morderías los labios intentando reprimirlo.
Sabía que me buscarías en cada sonrisa menor o mayor a la mía, que inconscientemente harías comparaciones y terminarías concluyendo que yo era mejor, que yo lo haría mejor, que yo te quería mejor. Sabía que por las noches te estarías preguntando si acaso también pensaba en ti.
Lo sabía y posiblemente tú lo sabías también, pero te sentías tan seguro de mi cariño que pensaste que jamás me iría. Tiré nuestros sueños al vacío y me volví mi prioridad, me obligué a ser fuerte e indiferente y ya nada fue para ti. ¿Qué esperabas? ¿que a pesar de mis tantos intentos, siguiera a pie de lucha por lo nuestro? yo ya no podía más.
Ya no hay tiempo de reproches ni de imaginar cómo hubiese sido todo si hubiéramos puesto un poco más de esfuerzo. ¿Para qué? si hicimos cuánto quisimos cuando todavía era momento. Ahora todo se ha dicho y lo que se quedó en la garganta ya no podrá salir jamás.
Ahora es un poco tarde para tus lágrimas y tus disculpas, no me lo tomes a mal, es sólo que no llegaron cuando las esperaba y fue por ello que me obligué a cambiar. Entiendo que es de humanos fallar, lo he hecho cientos de veces, pero cuando algo de verdad nos importa tratamos de no hacerlo.
Espero que te vaya bien y que mis recuerdos salgan de tu vida, que encuentres a quien pueda darte todo lo alguna vez te di y eso te haga sentir tranquilo. Espero que sepas corresponder y no te lamentes más tarde por tus errores, que los evites. Espero que me olvides.
Sabía que me extrañarías, lástima que sea demasiado tarde.
Escrito por: Mayeli Tellez