Inicio Blog Página 2

Dicen que aún me quieres

Dicen que aún me quieres… que aún llevan mi nombre uno que otro suspiro.
Que continúas dedicándome insomnios, que aunque ha pasado el tiempo sigues proclamándote mío.
Dicen que aunque has querido olvidarme, simple y sencillamente no has podido.
Que sigo siendo la dueña de ese corazón del cual obtuve tantos suspiros.

Dicen que aún me quieres… que aunque lo niegas, sigues llevando mis besos en tu piel.
Que por las noches me sueñas y me mencionas esperando que de cerquita te llegue a responder.
Dicen que sigues viendo nuestras fotos, que conservas nuestros recuerdos y que sigues hablando de nosotros como si se hubiese detenido el tiempo.
Que aun sigues escribiendo el mismo mensaje, ese que borras y que por cobarde no has querido enviarme.

Dicen que aún me quieres… que continúas yendo a los sitios que recorriste conmigo.
Que me echas tanto de menos que todas mis cosas siguen intactas.
Dicen que te haces el fuerte para no derrumbarte cuando caes en la cuenta de que me he ido.
Que has ido terapia para superarme pero que ni eso te ha sido efectivo.

Dicen que aún me quieres… que has optado por la manía de hablarle a mis cosas.
Que crees encontrarme en cada persona con la que topas de frente.
Dicen que los fantasmas que te he dejado han comenzado por desquiciarte.
Que tu único tema de conversación, siempre termino siendo yo.

Dicen que aún me quieres… que te rehúsas a encontrar a alguien más.
Que cada persona que aparece en tu camino es un ¨alguien¨ en quien me quieres encontrar.
Dicen que les buscas mil defectos para finalmente decir que ¨no funcionó¨.
Que al final de cuentas son pretextos para no aceptar que quien sigue estando en tu corazón soy yo.

Dicen que aún me quieres… que sigues sin arrancar las hojas del calendario desde el día en que me marché.
Que prácticamente detuviste tu vida, que tu corazón continúa viviendo en el ayer.
Dicen también que sigues escuchando todas nuestras canciones, especialmente aquella que habla de un amor que habrá de volver.
Que les dices a todos que se trata de una pausa y no del final, que tarde o temprano juntos nos verán… otra vez.

Dicen que aún me quieres, que aún me sueñas, que aún me piensas, que aún me esperas.
Dicen que te equivocaste, que fue un error, que jamás fue tu intención lastimarme.
Dicen que estás arrepentido, que día y noches piensas cómo solucionar lo sucedido.

Dicen tantas cosas y lo único que quisiera es que tuvieras el valor de decirlo todo por ti mismo.
Dicen… pero siempre valdrá más lo demostrado.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Elegiste marcharte


Acabar con nuestra historia, borrar los momentos y pasar la página con facilidad como si jamás te hubiésemos importado.
No permitiste el diálogo, no sugeriste ningún intento, decidiste que ya no más y mi sentir o lo que yo quisiera en ese momento, no te importó.
Permitiste que tu silencio hiciera que mi mente divagara lejos, que me preguntara una y otra vez qué era lo que pasaba, por qué habíamos llegado a ese momento y por qué no teníamos solución.
Dijiste ¨es lo mejor¨ y lo primero que pensé fue: ¿lo mejor para mí?, vaya, no sabía que tenías el poder de saber lo que de verdad me hace bien, especialmente porque con tu decisión me estabas destrozando, es claro que jamás te pusiste a pensar que tu decisión me partiría en mil pedazos el corazón.


Fuiste egoísta porque la relación era de dos y jamás me preguntaste qué pensaba, que sentía o que quería yo, era claro que lo que tu querías no era lo mismo que yo y por eso preferiste ahorrarte los cuestionamientos y también el drama.
Agachado fuiste recogiendo todo lo que te pertenecía, no dejaste ni el mínimo rastro de que estuviste ahí. ¿Tan mal fue nuestra historia?, ¿tan infeliz eras conmigo? O es que acaso todo este tiempo fuimos partícipes de un estúpido juego en el que anticipadamente sabías serías el ganador, ¡dímelo, por favor!
Necesito saberlo porque no tienes idea de cuántos pensamientos han rondado por mi cabeza, muchos más cuando estabas a punto de marcharte, sin embargo, ni uno solo pude pronunciar con mis labios.


Para ser aún más franca no tenía ganas siquiera de verte porque una parte de mí me decía que tu mirada me desarmaría y no quería que te dieras cuenta cuán afectada me dejaría tu decisión, llámalo soberbia, más pienso que quise proteger mi dignidad, era lo único que saldría ileso sí o sí.
Te dabas prisa como si el marcharte más rápido borrara todo lo vivido mientras yo rezaba por dentro para no doblegarme justo en el instante en que cruzaras la puerta, sabía que dentro de los próximos minutos ya nada volvería a ser lo mismo pero trataba de mantenerme fuerte, de contener mis pensamientos para que el mundo de palabras que tenía atoradas en mi garganta no salieran disparadas.
Mientras empacabas la última maleta me puse a recordar el día en que te conocí, desconocía todo lo que nos esperaba, todo lo que viviríamos y enfrentaríamos juntos. Recordé el primer beso, el primer abrazo, la primera noche juntos. Las promesas que nos hicimos y cuánto soñábamos con un futuro juntos, un futuro al que le pondrías fin de la noche a la mañana y con una explicación vaga que ni siquiera a ti te convenció.
Elegiste marcharte y mientras lo hacías no te importó dejar atrás a un corazón que latía por ti… sangrando.
Por mi cabeza pasó la loca idea de correr tras de ti y pedirte que te quedaras, que lo intentáramos, lo cierto es que, tu cuerpo se marchaba ese día, pero tu mente y tu corazón hace rato que se habían abandonado.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Confesión de un cobarde


Continuo en el mismo lugar con tu fantasma de compañía, no es tan difícil permanecer aquí si te sigo sintiendo, si continúa pareciendo que jamás te fuiste, si he dejado tus cosas intactas por si acaso decides volver, porque esa esperanza no se apaga todavía.
Estoy aquí en nuestra habitación con tu lado de la cama vacío, aun puedo percibir tu aroma en las sábanas e incluso creo escucharte tararear una y otra vez aquella canción antes de dormir.

¿Cuántos errores podemos cometer con aquellos que amamos y suponer que siempre nos habrán de perdonar?
Juro que he intentado buscarte pero es como si nunca hubieses existido, luego de marcharte no respondiste más, nunca creí que cumplirías aquello que tanto me decías: ¨si me voy, no vuelvo jamás¨, a lo que respondía: ¨sin mí no lo lograrás¨, pero lo hiciste, lograste avanzar, sé por muchos que estás bien, reconstruyendo tu vida, tu felicidad y forjando un futuro en el que yo ya no tengo cabida ni lugar.
¡Estúpido orgullo!, no me dejó escucharte, me hizo ignorar tus lágrimas y cometer mil y un errores. No sabes cuánto lamento haberte hecho dudar de mis sentimientos con respecto a ti, mi inmadurez me hizo perder tu confianza y un sinfín de lágrimas te vi derramar por culpa de mis acciones.
No supe estar contigo cuando me necesitaste, no supe cuidarte, cuidar lo que teníamos, no supe apreciar todo lo que me dabas, todo lo que hacías por mí, ni mucho menos ver que merecías mucho más que lo que yo te daba.


Ahora no sabes cuánto temo que encuentres a alguien más que te de todo aquello que yo no te di, que termines de corroborar que hay vida después de mí y que tu felicidad no era a mi lado como al principio de todo te lo hice sentir.
Temo que te enamores más de lo que estuviste enamorada de mí y perderte para siempre. Una parte de mí intenta ser optimista y pensar que aún tenemos oportunidad, por favor, cariño, no digas que todo está perdido, sé lo mucho que me amaste y el amor, no termina de la noche a la mañana.
Déjame arreglarlo, déjame reparte el corazón, déjame ser el hombre que te mereces y déjame darte todo lo que te prometí alguna vez.
Sé que no podrás confiar con facilidad nuevamente en mí pero haré todo lo que esté en mis manos para que las cosas marchen y funcionen como siempre debieron ser.
No importa cuánto tiempo tenga que esperar, continuaré aquí en nuestro hogar, en estas paredes que también te esperan, sé que cada minuto que transcurra valdrá la pena.
Te extraño, regresa, por favor.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

No me elijas

Y cuando te sientas confundido en cuanto a lo que sientes por mí, hazme un favor y no me elijas que yo no soy opción, no soy mejor ni peor que esa persona, ni valgo menos del valor que me quieres dar al pensar que puedas quedarte conmigo o bien, con alguien más.
Créeme que te habrás de equivocar si luego de tu confusión te quedas.


Las personas deben estar convencidas y seguras de lo que quieren y de con quién quieren complicarse la vida y pasar los días, si existe en tu interior la mínima duda, no me elijas.
Jamás podría estar al lado de alguien que pasará el resto de sus días cuestionándose si tomó la decisión correcta.
Si en verdad es feliz conmigo o pudo ser más feliz con ella.
No puedo hacerme eso, tú no me lo hagas.
No me sentencies a pensar cada maldito día que pasa si te hago verdaderamente feliz, si piensas en que te equivocaste, si he sido lo que esperabas o si has cambiado de parecer y ya no soy más tu elección sabia.


No es justo ponerme a pensar que luego de cada discusión pensarás: ¨Con ella no sería igual¨
No me idealices más, mírame tal cual soy y si no te gusto así, entonces vete, vete si no te basto, si no cumplo tus expectativas, si tanto te cuesta amarme con mis defectos y mis virtudes y si esos mismos defectos te hacen ir por ahí, buscando lo que según tú no tengo, en alguien más.
De verdad no pierdas más tu tiempo ni me hagas perder el mío, que la confusión, siempre acaba rompiendo más de un corazón.
Jamás podríamos vivir tranquilos ni volver a sentirnos los mismos y sería imposible vivir felices teniendo dudas el uno sobre el otro.
De verdad, no me elijas, no quiero pasarme el resto de mis días tratando de ser mejor que ese fantasma que se te ha quedado en la cabeza y tal vez hasta en el corazón. Yo me enamoré de todo lo bueno y lo malo que había en ti, no he pretendido cambiarte, te he aceptado con tus manías, tus fallos, tus mil y un locuras, no te he quitado ni te he puesto nada, ¿sería justo que hicieras conmigo todo lo contrario?
De verdad, cariño. Lo digo con sinceridad, no me elijas.
Sería un terrible error, ambos acabaríamos sufriendo, tú por no saber si elegiste bien, yo por saberme con el hombre equivocado.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Te sigo echando de menos

Te sigo echando de menos, sabes…
No sé si por boba o masoquista, le voy más a que te sigo queriendo un montón.

¿Cómo olvidar a quién dijiste ¨eres el amor de mi vida¨?, si sigo teniendo la misma vida y continúas siendo mi más grande amor.

Pensé que con el paso del tiempo cada vez te extrañaría menos pero la realidad es totalmente distinta. No puedo despertar y simplemente decidir <hoy no voy a pensar en ti> porque acabo haciendo totalmente lo contrario.

Especialmente cuando me ocurre algo, me da un desespero desenfrenado por llamarte y contarte todo lo que ha pasado.

No tienes idea de cuánto extraño las risas, las pláticas interminables, tu mirada fija en mí, tus abrazos que me daban calor y seguridad, cómo extraño perderme contigo por ahí y no parar de sonreír.

Tu fantasma continúa rondando mi habitación, se acuesta cada noche a mi lado. Me hace compañía, me cuenta anécdotas y me da un beso antes de cerrar los ojos.

Eso de olvidarte me está saliendo fatal, quizás es que me he hecho adicta a tu recuerdo, lo cierto es que últimamente eres la mejor excusa que conozco para estar triste, ya no sé si me sobras o realmente me faltas, si deseo que vuelvas o que te quedes a vivir en los recuerdos. Solo sé que no puedo desprenderme de lo que fuimos, de lo que soñábamos ser, de lo que tal vez nunca más seremos. No puedo o tal vez no quiero, ¿importa la diferencia?

No pretendo que tú o los demás me entiendan, porque para ser sincera ni siquiera logro comprenderme yo. Quizás no eres tú a quien necesito sino los momentos que tuve a tu lado y que me dieron más vida, felicidad y esperanza que cualquier otro hecho que haya acontecido en mi existir.

¿Exagero?, puede ser, lo cierto es que te sigo echando de menos y me sigo echando de menos, siéndolo todo, riendo a morir, viviendo la vida al máximo sin pensar en el mañana, solo disfrutando, solo soñando, solo siendo tú y yo, tú tan mío y yo tan tuya.

Y lo cierto es que cometer el error de ser más tuya que mía es lo que me tiene así hoy, acabé siendo una sombra de tu recuerdo, un fantasma que vaga sin alma y reclama tu amor.

Perderte dolió, pero perderme continúa doliendo cada maldito segundo, haber detenido mi reloj justo en aquel segundo que cerraste la puerta al salir… ya nada volvió a ser igual. Yo no volví a ser igual y eso duele más que cualquier otra maldita cosa.

Ahora me siento confundida, ya no sé dónde comienza tu recuerdo y termina mi realidad.

Ya no sé si en el ayer te busco a ti o me busco a mí o tal vez a ambos.

Ser tan tuya me ha sentenciado a que todo mi pasado esté envuelto de tu sonrisa, no me es posible viajar a él sin decir tu nombre porque lo escribí como título en cada capítulo de mi historia, y ¿para qué?, si es un libro que jamás volveré a leer, al menos no sin que mis ojos se inunden de lágrimas.

Lo sé, es momento de escribir una nueva historia, sin embargo, te (NOS) sigo echando de menos…

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Un polvo y ya está

Un polvo en tu casa o en la mía o en un motel de paso y ya está.
¿Para qué darnos el número?, ¿acaso llamarás?, ¿acaso me quitaré los mil y un fantasmas que vengo cargando desde hace tiempo, los miedos a volverme a enamorar solo por ti?
No, cariño. Eso no pasará.


¿Para qué complicarnos tanto la vida?
Si de follar a fallar le temo más a lo segundo, si, temo fallarme a mí misma, intercambiar números y que el polvo te haya gustado tanto que quieras repetir… o yo, que caigamos con el pretexto absurdo de que sólo será una vez más y lo dejaremos porque para ser sincera, conmigo no va eso de no involucrar sentimientos luego de explorar una y otra vez la misma piel, por eso, un polvo y ya está.
Cada uno para su casa, un baño para quitarnos el sudor, la saliva y todas las caricias que nos dejamos impregnadas.
Que lo vivido quede en la memoria ese día, mañana será historia, no tiene por qué ser un hecho relevante, ni siquiera tienes porque darme tu nombre real, invéntame todo lo que quieras, fingiré que te creo, me reiré de tus chistes aun cuando sean malos y de ser necesario dejaré que me pintes nubes en el cielo, total, otros viven así por años, que daño pueda hacernos experimentarlo una noche, creernos eternos, fantasear con que pasaremos a ser más, que las fuerzas del universo conspirarán y que nos volveremos a tropezar, que me incluirás en tu futuro y yo en el mío, que recorreremos cada rincón de este maldito mundo aburrido tomados de la mano y que cada momento que viva será a tu lado.


¿Quién dice que está mal ser feliz un momentito aunque todo sea mentira?
Qué más da si después de unas horas vendrá la realidad, nos vestiremos con frialdad después de habernos desnudados con la temperatura a tope y cuando mucho diremos que estuvo bien, que quizás después…, pero te callaré, no dejaré que termines la frase porque no, no habrá un después, no habrá repetición, no habrá un mañana, te dejaré en claro que ha sido un polvo y ya.
¿Para qué complicarnos?, ¿para qué ilusionarnos?, ¿para qué si tarde o temprano nos romperemos en pedazos?


La palabra ¨amor¨ en medio de dos siempre lo termina jodiendo todo, las risas se vuelven llanto, la pasión frialdad, el gozo en insatisfacción y la alegría en tristeza, aquel corazón dispuesto a darlo todo por otro acaba hecho trizas y prometiéndose no volverse a enamorar.


Mejor así, un polvo y ya está, que nadie se ha muerto por un polvo pero de amor… hay varios cuerpos caminando entre los vivos fingiendo que lo han podido superar.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Necesito dejarte ir…

Dicen que cuando dos personas se aman de verdad, permanecen juntos pase lo que pase, solía creerlo también hasta que descubrí que el amor realmente no es suficiente para mantener a flote una relación.
A pesar de amarte y saber que me amas, estoy consciente de que necesito dejarte ir. Lo sé, te dolerá como a mí pero tampoco es sano continuar en un lugar en el que ya no se es feliz y lo cierto es que ninguno de los dos lo es y créeme, los dos merecemos mucho más de lo que en estos momentos tenemos.


De un tiempo a la fecha la relación se tornó gris, comenzó a haber más dolor que alegría, aun cuando la intención de ambos jamás fue lastimarnos, una cosa nos llevó a la otra, comenzaron las peleas, las lágrimas, comenzaron a apagarse los ¨te amo¨ aun cuando aún se sintieran, ¿por qué aplazar lo inevitable?, ¿por qué no dejarlo y evitar que esto se convierta en un dolor más grande?
El amor no tiene por qué doler, cuando comienza a hacerlo deja de ser amor y creo que ninguno de los dos merece eso. Lo que si merecemos es una segundad oportunidad para encontrar a alguien que nos ofrezca algo distinto, algo real. No quiero decir que lo nuestro no ha sido verdadero porque no es así, pero dejamos que los problemas nos ahogaran, que hasta la discusión más tonta nos afectara, hicimos de lado la comunicación y el silencio que quedó en su lugar nos comenzó a dañar.


Tal vez no estábamos destinados, lo cierto es que haberte encontrado en mi camino siempre será algo que atesore en mi corazón. Me diste muchas alegrías, momentos que hasta la fecha si recuerdo, me sacan una sonrisa, hiciste explotar mi corazón de amor pero a pesar de ello, no somos más y no seremos. No supimos afrontar juntos la adversidad, no sé si por temor, quiero pensar que no fue falta de amor.
Y aun con mis sentimientos a flor de piel por ti, estoy convencida de que necesito dejarte ir, ambos merecemos tranquilidad y este amor simplemente no nos la da.
Me niego a pensar que este tipo de amor es el que merecemos porque nadie debería sentirse triste estando al lado de la persona que ama, ¿no crees?


No sé si lo comprendas pero uno de los dos debía tomar la decisión, yo ya no podía verme más tiempo triste, ni quería seguir viéndote con el ánimo decaído, mejor poner fin a esta historia que continuar y acabar a la larga más heridos, odiándonos y reprochándonos incluso el habernos conocido.
Lo siento pero necesito dejarte ir y necesitas dejarme ir, créeme cuando te digo que después de este final, viene algo mejor para ambos pero esta vez por separado.
Suerte, cariño.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Me perdiste

Jamás tuvimos realmente un problema que terminara estallando el infierno entre ambos. Teníamos una relación buena, bonita, incluso podría decir que sincera, o al menos eso es lo que yo pensaba.

Es que te juro que yo deseaba que fueses tú, que estuviéramos juntos toda la vida y hacer a tu lado realidad todos los sueños que comencé a acumular desde niña. Quería compartirlo todo, conocerlo todo, vivirlo todo y serlo todo contigo, no había lugar en el que no me imaginara a tu lado pero la triste realidad es que solo yo quería, tú no, apenas me viste pasar de primavera a otoño y decidiste huir, supongo que buscabas en mi perfección pero cuando me viste más humana que nunca el encanto hacia mi terminó.

¿Cómo puedes dejar de querer de la noche a la mañana a alguien?, si lo crees posible es porque en realidad nunca lo quisiste. O supongo que tal vez no valíamos tanto la pena para ti y rendirte fue tu mejor opción.

También pienso que quizás en realidad nunca me amaste, te enamoraste de la imagen que te hiciste de mí pero conocerme realmente no fue tu prioridad y al final cuando mis defectos salieron a flote te espantaste tanto que decidiste zarpar del barco.

Y a decir verdad lo lamento, lamento que no te hayas dado la oportunidad de conocer quién soy, de mirar más allá de lo que ve y conocen todos. Lamento que te perdieras mis facetas, mis locuras, mi alma libre que estaba dispuesta a poner a reposar las alas para estar contigo. Y lamento que te hayas ido.

Ahora me duele pensar que quizás todo ha sido fingido, los besos, las caricias, los abrazos, las noches de pasión que parecían no tener final.

Pero, ¿cómo puede alguien desnudarse el alma y la piel sin sentir que el corazón se le sale del pecho por él?, yo sinceramente no podría. Por ese lado me quedo totalmente tranquila porque sé que en cada entrega también te di lo mejor de mi pasión, de mi deseo, de mis ganas. ¿Tú cómo pudiste estar con alguien a quién apenas conocías?

Tuviste cuanto quisiste de mí y te juro que me hubiera conformado con tener de ti ganas, ganas de conocerme realmente, estoy segura de que de haberte dado la oportunidad jamás te hubieses rendido, aun cuando hubieras visto mi lado ¨malo¨.

Continúas doliendo para ser sincera y dolerás un buen tiempo pero al final sé que terminaré agradeciendo que te fueras porque todos merecemos a alguien que nos quiera no solo en primavera.

Me perdiste… y con ello perdiste un corazón que estaba dispuesto a amarte en las buenas y en las malas, un corazón que quería hacerte feliz, que quería poner el mundo a tus pies, pero descuida, ya vendrá alguien más con el tiempo, de momento… tú me perdiste y yo me gané.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

¿Por qué te dejé escapar?

Hey, ¿cómo estás?
Lo sé, me dirás que ‘muy bien’ y luego me harás mil preguntas para saber cómo estoy yo porque curiosamente siempre sabes dar en el clavo y descubrir cómo me siento en verdad y que tal me ha tratado la vida.

¿Qué que tal me va con él?
Bueno… Quisiera decirte que soy la mujer más feliz y enamorada del mundo, pero creo que la única verdad termina siendo solo lo segundo. Posiblemente ahora estás pensando en por qué te he buscado si es así, y la realidad es que ¡TE EXTRAÑO!, lo tengo que admitir, a ti y todo lo que fuimos.

Esa última vez que te vi, ese día en que me diste el último abrazo y mi corazón gritó con insistencia un ‘no lo sueltes’, una parte de mí murió ahí, admito que dentro de mí sabía que se trataba del adiós y lloré por días como una niña, le reclamé al cielo nunca habernos dado una segunda oportunidad y me juré nunca volverme a enamorar.

Con el tiempo él llegó y aunque de principio para mí no significaba nada, acabé enamorándome como nunca pero, ahora es que me doy cuenta que de la persona equivocada.

Es un hombre grandioso con muchísimas cualidades, es noble, gentil y su corazón vale oro, pero parece no pertenecerme o es que tal vez me dejaste expectativas bastante altas de lo que es el amor.

Desde hace tiempo una parte de mi ha comenzado a hacer comparaciones. Así es como he comenzado a echar de menos aquellos pequeños gestos que fueron grandes para mí.

No, él no juega con mi cabello como lo hacías tú, tampoco me da un tierno beso cuando el semáforo cambia a rojo ni toma mi mano al manejar. No, tampoco suelta un piropo cada vez que me mira, ni tiene la manía de abrirme la puerta de cada lugar. Él si olvida las fechas especiales y pocas veces da flores. Sus besos y abrazos son contados y no parece disfrutar el tiempo a mi lado. No convive con mis amigos como lo hacías tú, tampoco pregunta por papá y mamá. Nunca hay llamadas y son escasos sus mensajes. No parezco ser su prioridad y últimamente solo lo hago disgustarse. Las cartas no le emocionan, mis pláticas le aburren y él no escucha mis sueños como lo hacías tú.

Me he notado triste mientras contigo todo era felicidad, me he vuelto a cuestionar ¿por qué te dejé escapar?

Y no, no es que no lo ame, lo amo con todo mi corazón, pero ¿el amor de uno basta para sostener una relación de dos?

Siempre hay preguntas sin respuesta, pretextos y excusas. En ocasiones me ha mentido, y me hace sentir celos de sus ex líos. Nunca parece tener tiempo para mí, parezco aburrirle, en más de una ocasión me ha hecho sentir menos, me ha gritado y los últimos días he sentido que está pero ya no a mi lado. Casi siempre parecemos estar en guerra, él no me escucha y lo que siento o me pasa no le interesa. Pero, yo le amo y hasta el momento me había mantenido firme, aunque su indiferencia y desamor han hecho que contigo vuelva a confundirme y me pregunte una vez más, ¿por qué te dejé escapar?

Con él no se habla de futuro, de aquella casa y la familia que soñamos formar juntos. Con él nunca hay un ¿cómo estuvo tu día hoy?, los ‘te amo’ solo suelen ser por la noche y solo si no ha habido algún reproche.

He luchado con mis fuerzas y mi ser para rescatarnos, pero todo lo que hago parece ser en vano.

Estoy a nada de tirar la toalla, y es que me ha hecho recordar cuánto tú me amabas y su amor en nada se compara.

Y no hay forma en que día y noche no me pare de preguntar… ¿Por qué te dejé escapar?

Yo le he amado como a nadie hasta el día de hoy, pero por más que trato y lucho no parezco ser digna de su amor y me estoy cansando de esta situación.

Ahora es que entiendo aquella frase que dice:
»Cuando una mujer se enamora perdidamente de un hombre, la única persona capaz de arruinar ese amor, es ese mismo hombre».

Y si ahora es que me da por pensar en ti, está más que claro que a su lado ya no soy feliz, me dejó tanto tiempo para ‘luego’ en un aparador, que finalmente terminé apagada sin vida y sin corazón.

Y si el indicado eras tú, ¿por qué te dejé escapar?, dime, ¿por qué absurdamente te he querido encontrar en alguien más cuando ambos sabemos que eso jamás pasará?

  • Hey, estoy bien, pero siendo sincera contigo estaría mejor.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Querida enemiga:

Cuánto tiempo ¿no?
Haber tenido el coraje para hablarte nuevamente me sorprende tanto como a ti, podríamos decir que no soy tan orgullosa, pero prefiero resaltar cuánto anhelo mi paz mental y para ser sincera hace tiempo que a causa de tu traición no he podido sentirla más.

¿Por qué soy yo la que continúa con este remolino de emociones en el interior cuando fuiste tú quién faltó a mi confianza, cariño y lealtad?

¿Cómo te fue tan fácil acabar con lo que construimos día a día?, porque sabes, por mucho tiempo pensé que teníamos una amistad única en muchos sentidos y también desee que esta jamás tuviera un final, pero nada es eterno, dicen por ahí, ahora lo he podido comprobar.

Nunca comprendí porque no te era suficiente ser tú y te empeñaste en ser yo. Tenías muchas virtudes, algunas realmente grandiosas, sin embargo, tu mayor defecto, ese de querer ser y tener todo lo que era y tenía alguien más, acabó con lo bueno que había en ti.

Me sigo preguntando porque todo lo que obtenía o ganaba con todo esfuerzo representaba para ti frustración.
Quisiera ponerme en tus zapatos, juro que todos estos años traté de hacerlo pero no puedo imaginarme no celebrando y aplaudiendo los triunfos de mis amigos, especialmente si son los mejores.
Y tú lo eras, sabes, eras mi mejor amiga, mi cómplice, mi pañuelo de lágrimas, mi apoyo… eras mi hermana.

¿Qué pasó?, pero quisiera saber cuál es realmente la verdad y no solo escuchar que todo se debió a un malentendido, es muy fácil echar culpas a terceros que no están presentes para defenderse.

También quisiera saber cuándo o qué te hizo tomar la decisión de ir por ahí divulgando mis secretos, mis miedos, mis cicatrices y sentimientos, ¿cuándo decidiste que mi vida debía ser del interés público y cómo pudiste pensar que cada golpe que me darías no acabarían con lo que teníamos?

¨Te distanciaste¨, me escribiste, y sí, lo hice. Me alejé del feo ser humano que demostraste ser porque eras tú o yo y ya me habías herido bastante y aunque no lo creas aún con todo lo ocurrido te guardé, guardé todos los momentos que vivimos juntas, las lágrimas, las risas, las interminables charlas.
Me doliste tanto que una parte de mí te llegó a odiar pero ¿a quién afectaba ese odio?, claro que a mí y entonces con el tiempo, con los años, lo solté. Sólo en mi interior permanecían las dudas e inquietudes de lo ocurrido y aunque te juro que deseaba creer en tus argumentos, no lo pude hacer del todo pero finalmente me siento en paz.

Y por más increíble que parezca todo este tiempo te eché de menos, quizás después de este cierre lo siga haciendo, no lo sé, no en vano fuiste mi mejor amiga, mejor dicho, mi querida enemiga.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Hasta el corazón más enamorado se termina cansando

Una mujer puede dedicarte gran parte de su tiempo, estar al pendiente de ti, llamarte o textearte por el día, incluso puede ser capaz de disculparse primero luego de una discusión aun cuando sea orgullosa, pero ¡ojo!, esto no quiere decir que no pueda llegar a cansarse de ti en algún momento.
Una mujer es capaz de tolerar hasta tus falsas promesas, tus malas excusas y tus mentiras, lo cierto es que cuando tenga suficiente de tu basura, olvídate de una oportunidad más.
Si ella es una mujer que comparte su tiempo contigo, se preocupa por ti y hace lo posible por verte y compartir aunque sea un momento pequeño contigo. Si hace lo posible por ayudarte para que seas mejor persona.
Si deja de lado tu insoportable humor, tus malos tratos cuando no estás de buenas e incluso aun cuando no le das el lugar que le corresponde y el que se merece, ¡cuidado!, porque igual acabará cansándose de ti un día.
Si te perdonó esa vez que la plantaste porque preferiste salir con tus amigos a beber. Si te perdonó la vez que encontró en tu celular mensajes de otras mujeres, si creyó en las tontas mentiras que le dijiste, ¡mi amigo, igual ella se cansará algún día y se marchará!


Si llegaste a presumir con tus amigos que la tenías comiendo de tu mano porque ella siempre estaba cada que la necesitabas, ella igual se marchará.
Si en más de una ocasión decidiste que ella no era lo que querías y te marchaste de su vida pero luego cambiaste de opinión y ella te aceptó de nueva cuenta aun cuando sus padres y sus amigos le aconsejaron que te dejara y ella prefirió ignorar sus consejos.
Si llegó a descuidarse demasiado y comenzó a amarte más a ti de lo que debería amarse a sí misma, ¡no, no te sientas seguro porque igual ella un día abrirá los ojos, cerrará su corazón y se marchará lejos!
Y, ¿sabes por qué te abandonará tarde o temprano?
Fácil, hasta el corazón más enamorado se termina cansando.
El día que por fin deje de reclamarte, de responder tus mensajes y llamadas o se tarde lo suficiente en hacerlo, el día que simplemente no le interese en donde has estado, ese día la habrás perdido para siempre.
Y sabes algo… no importará todas las cosas que hagas, ni todas las flores que le compres, ni todas las lágrimas que derrames, ella simplemente no volverá. Por más arrepentido que te muestres ante ella, por más promesas que le hagas o por más que le implores, no regresará. No caerá nunca más.


Su corazón se cansó, se hartó de soportar mentiras, malos tratos, excusas e infidelidades. Se cansó de esperar tu respeto, tu amor sincero y de que le dieras el lugar que siempre mereció.
Llegará el día en que ella se canse y se marche, créelo, y sin importar todo lo que hagas, no la podrás recuperar.
Y es que cuando una mujer se da cuenta de lo mucho que vale y de todo lo que merece, nunca vuelve al lugar en donde la hicieron sentir triste e insegura porque sabe que ahí no pertenece.
Descubrió que merece el sol, el cielo y las estrellas y que no necesita a nadie porque es capaz de conseguirlos por ella misma. Entonces, querido amigo, ese día habrás perdido a una gran mujer. Lo más triste es que solo te darás cuenta de la increíble mujer que tenías al lado cuando ella se haya marchado muy lejos.
No esperes a que sea demasiado tarde para valorar a quien te ama de verdad.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.

Agradezco que te marcharas

Cuánto tiempo ¿no?, cuántas lágrimas, cuánto encierro, cuánta soledad y cuánta reflexión me costó hoy tener el valor de escribirte una vez más… nuevamente.
¿Estás bien?, de corazón espero que así sea.
Se dijo mucho, quizás no todo la última vez que nos vimos.
Te agradecí lo vivido, los momentos tan bonitos que me regalaste, las risas, los besos, los abrazos, los sueños que no se concretaron pero que cuando se pensaron me hicieron sentir que esto era verdadero, que ahí a tu lado era mi sitio pero entre todo y tanto, ¿te agradecí la valentía que mostraste cuando decidiste que nuestra historia de amor ya no daba para más?
Parecía una historia que no habría de tener punto final pero lo tuvo, lo que me confirmó que efectivamente nada dura para siempre aun cuando esté tan metido en la mente y el corazón, aun cuando lo tengas impregnado en cada centímetro de la piel.
Pero descuida, esto no es un reproche, te mentiría si te dijera que jamás me pasó por la cabeza tomar la decisión que tomaste tú, la diferencia es que jamás tuve el valor porque siempre opté por la opción de echarle más ganas, de jugármela, de dar un poco más aun cuando en ocasiones me faltara hasta el aliento.


No te reprocho que inesperadamente un día despertaras y decidieras no continuar más caminando de mi mano. No te juzgo por creer que ya no valía más la pena luchar por nosotros porque en más de una ocasión, lo pensé, sin embargo, luego pasaba algo entre nosotros que me hacía sonreír o me hacía feliz y pasaba a pensar totalmente lo contrario.
No pretendo convencerte. Esto no es un intento mío desesperado por recuperarnos. No diré que nos faltó mucho por vivir aunque si sea el caso. Tampoco diré que te has equivocado porque puede que no sea así. Pero entre tu verdad y la mía se encuentra el hecho de no querer seguir pasando los días llorando, las noches en vela, los días en el último rincón de mi habitación, la esperanza de que regreses encendida, ¡ya no más!, prefiero vivir todo ello pero aceptando que en verdad es el final, que no regresarás y esconder cada recuerdo en el lugar más recóndito de mi ser, solo así saldré a flote menos ilesa de lo que saldría de seguir pensando que esto solo es una pausa.
Nos hicimos tantas promesas… y al final 89 de 100 no se cumplieron, es momento de aceptar que a estas jamás se les dará el mismo valor por ambas partes, espero al menos poder cumplir con la que me he hecho a mí misma: la de avanzar sin que tus decisiones interfieran más en mi vida. Sin que lo que hagas o dejes de hacer haga el mínimo ruido en mis días.
Te mentiría también si no acepto que me dueles, duele lo que fue y ya no será más, ¿cómo se deja ir de la noche a la mañana a quien te sacaba mil sonrisas y ponía a tu corazón a danzar?


Qué triste pensar que no tuvimos ese final ¨trillado¨ del que muchos hablan o vemos en películas. Ya ni siquiera me es posible mirar nuestras fotos porque todo lo que fuimos se convierte instantáneamente en lágrimas, me dicen: ¨¡sé fuerte!¨, y lo soy, ¿no lo ven?, me he aguantado las terribles ganas de tomar el teléfono y llamarte para decirte cuánto te echo de menos y cuánto me gustaría no haberme tenido que despedir de ti jamás.
Pero al final sé que no sería justo para ninguno de los dos así que solo me resta agradecerte por marcharte, por no permitir que continuara pendiendo de un hilo, de mi cobardía por no aceptar que hace tiempo habíamos llegado a nuestro final y el resto de la historia se continuaba escribiendo como relleno de mala calidad.
Agradezco que te marcharas, porque al hacerlo me has dado la oportunidad de encontrarme a mí misma y descubrir que la felicidad comienza justo aquí, conmigo.

Escrito por: Stepha Salcas
© ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏs ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏs
LIBRO A LA VENTA ¨LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA¨.